Estaciones de servicio en alerta por antecedente de regulación del precio del GNC

Días atrás, las bocas de expendio de Salta acordaron con la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) mantener  inalterables las condiciones de comercialización del combustible para lo que resta del año, aunque firmando una cláusula gatillo que permite realizar ajustes ante alguna modificación económica que afecte la estructura de costos.

La medida no se dio por casualidad. Se produjo luego de serios incidentes en locales de la zona, con hechos de violencia de por medio, propiciados en esta oportunidad por el gremio que nuclea a los transportistas del servicio público de pasajeros, puntualmente, taxis y remises.

¿Genera un antecedente? Luis Malchioldi, presidente de la Federación de Expendedores de Combustibles (FEC) manifiesta suposición de antemano: “nosotros no tenemos nada que congelar porque tampoco sabemos que va a ocurrir de acá a fin de año. ¿Cuál va a ser el precio del GNC? ¿Se mantendrá la subvención? No se puede hacer un tope en un contexto aleatorio como el de la Argentina”.

El dirigente sostiene que las principales variables de rentabilidad oscilan en el día a día, sobre todo en un contexto de inflación como el que vive el país, por eso no coincide con planificar las pizarras para los próximos meses. “No es una actitud como para tomarla en cuenta para el resto de las provincias”, sentencia Malchioldi. Aclara que es “sólo para Salta”.

La alarma se enciende a partir de experiencias anteriores, cuando la Secretaría de Comercio Interior, en su momento conducida por Guillermo Moreno, intervino en el negocio estableciendo cifras máximas a las petroleras en lo que respecta a naftas y gasoil, que indirectamente anclaron al GNC.

Cabe recordar el caso de Córdoba, donde durante años hubo conflictos por el precio del gas en las estaciones como consecuencia de que algunos expendedores ofrecían el metro cúbico apenas por encima del costo de elaboración.

Para los próximos meses, no se esperan medidas de estas características, calcula Malchioldi, dado el contexto electoral y de recambio de autoridades. Pero, ante la amenaza de perder rentabilidad, los estacioneros abren el paraguas. No quieren repetir experiencias del pasado, cuando el Estado regulaba la industria en todos los eslabones de la cadena.