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La mayoría pudo reactivarse rápidamente, incluso aquellas que tuvieron 1,50 metros de agua, pero advierten que los problemas se verán en las próximas semanas.
Las fuertes lluvias del 7 de marzo ocasionaron una de las mayores crisis que ha enfrentado Bahía Blanca, anegando calles, desbordando arroyos y afectando severamente a sus habitantes.
Las Estaciones de Servicio tuvieron que reorganizar su operatividad en tiempo récord para seguir brindando atención en un contexto adverso e, incluso, han ayudado económicamente a trabajadores propios y de sus proveedores que se vieron gravemente afectados.
Dos de las compañías más relevantes del sector que se radican en la ciudad, AONIKEN y Losi y Cia, comentan a surtidores.com.ar que el clima de la ciudad es triste y a la vez de mucha cooperación.
Aunque el agua llegó a sus instalaciones, ninguna de las firmas tuvo pérdidas materiales. No obstante, muchos de los hogares de sus clientes, familias y empleados no contaron con esta suerte y rápidamente actuaron relevando las necesidades y colaborando con ayudas económicas, colchones y otros insumos.
Tal como comenta Marcelo Jañez, CEO de la desarrolladora del sistema de gestión AONIKEN, la compañía brindó asistencia directa a sus empleados, apoyándolos en la reposición de sus pertenencias.
“No es solo una cuestión de dinero. Hay gente que ha perdido todo y lo que le queda de vida no alcanza a recuperarlo”, lamentó.
La empresa sufrió la interrupción de servicios esenciales como luz, agua e internet durante tres a cuatro días y armaron un sitio de contingencia en un hotel para seguir trabajando desde ahí. En este sentido, confirmó que los clientes “no percibieron debilidad en la calidad del servicio”.
Por su parte, María Luz Staffolani, responsable de marketing de Losi y Cia -otra de las grandes proveedoras del sector- relata que “cerca 14 personas del equipo perdieron casi todo en sus hogares” y frente a esto, se desplegó una serie de iniciativas de ayuda.
“Compramos colchones y artículos esenciales. También habilitamos un CVU para recibir donaciones, a petición de estacioneros clientes, que luego se dividirán entre las familias”, detalla.
Asimismo, comentó que actuaron rápidamente con el personal menos afectado para realizar el mantenimiento de tanques de combustibles de todas las Estaciones de Servicio de la zona a los cuales les había ingresado agua para que estas puedan retomar su actividad.
Más allá de los daños inmediatos, el mayor desafío que enfrentan las empresas en Bahía Blanca es la incertidumbre económica a mediano plazo.
Según Staffolani, “las Estaciones de Servicio pudieron reactivarse rápidamente, incluso aquellas que tuvieron 1,50 metros de agua, pero la verdadera crisis se verá en las próximas semanas cuando aquellos que no pudieron facturar en marzo enfrenten problemas de liquidez”.
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