Estaciones de servicio contienen los aumentos de precios para hacerle frente a YPF

El mercado de los combustibles en Argentina se reacomoda constantemente. Hasta hace poco tiempo las estaciones de servicio sufrían faltantes de abastecimiento, como ocurría con notoriedad en 2011, pero ahora en cambio, por momentos les sobra volumen en los tanques de almacenamiento.

En lo que a precios respecta también surgieron novedades. Anteriormente YPF era el ancla que frenaba aumentos de la competencia, ahora en cambio impulsa las subas para hacer viable las inversiones en Vaca Muerta, el reservorio de hidrocarburos no convencionales que promete recuperar el autoabastecimiento en la próxima década. Así y todo la compañía sigue siendo la más conveniente para el bolsillo.

Estas variables generales que se van modificando en la actividad mes a mes afectan directamente la economía de las bocas de expendio de naftas y gasoil, el último eslabón de la cadena de comercialización y la cara visible de las petroleras para los automovilistas.

Mario Amado, presidente de la Cámara de Expendedores de Entre Ríos, explica que en las actuales condiciones de venta los operadores que no son de YPF están acotando la bonificación al máximo de las posibilidades para sostener el nivel de actividad.

En promedio, los márgenes de estas marcas se ubicaban en torno al 14 por ciento, pero desde que empezó a disminuir el movimiento por el freno de la economía y la disparada de las pizarras, los estacioneros los llevaron apenas por encima del 10 por ciento.

“La estación que se aleja de los precios de YPF no vende nada”, plantea el empresario. Tal es así que comercios de Shell, AXION energy, Petrobras y Oil Combustibles, que están administradas por operadores independientes tratan de absorber una parte de los incrementos para no quedar tan lejos la estatal.

“En nuestra zona cerramos abril con una caída de las ventas de entre un 10 y 15 por ciento”, sostiene el directivo.

En algunos casos, la diferencia de costos al público entre locales alcanza los 2 pesos por litro, lo que representa para los usuarios un costo extra de más de 100 pesos en una carga completa de un tanque estándar. En general se trata de puestos sin bandera que deben suministrarse con distribuidores mayoristas a los mismos valores que otras marcas en surtidor.