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Colaboran con entidades de bien público, ofrecen facilidades al personal para que desarrolle estudios terciarios, brindan créditos sin interés a los empleados y toman todas las medidas necesarias para cuidar el medio ambiente. Es una tendencia que se viene profundizando desde hace años
La responsabilidad social corporativa (RSC) se define como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas, generalmente con el objetivo de mejorar su situación competitiva y valorativa. La preocupación por este enfoque creció en las últimas décadas, desde el momento que reinaron en el mundo ideas liberales y el Estado dejó de garantizar ciertas funciones sociales, delegándolas en el sector privado.
Podría considerarse que las bocas de expendio tomaron nota de estas necesidades desde su surgimiento, a comienzos del siglo XX: operan las 24 horas al día y los 365 días del año, incorporan servicios para el consumidor que en muchos casos no son rentables (infladores, baños públicos, descanso para camiones) y realizan campañas de difusión para la prevención del tránsito y los cuidados de la salud, entre otras.
Siguiendo la idea, Ángel Luis Bigatti, presidente de la Cámara de Expendedores de Formosa, agregó a estas prestaciones los beneficios que ofrecen a los trabajadores: flexible y amigable relación laboral, cursos de capacitación profesional y por sobre todas las cosas facilidades por el mejoramiento económico y social. Cuenta que algunos operadores de esa provincia brindan créditos sin interés a los empleados y premian a los de mayor desempaño pagándoles las vacaciones (además de lo que establecen los convenios colectivos de trabajo).
En cuanto a los clientes Bigatti asegura que los puestos de venta funcionan actualmente como orientación geográfica y turística, guía, y socorro ante urgencias. “Tenemos presencia frecuente y efectiva de colaboración con la sociedad; la conducta del operador de una estación de servicio se basa principalmente en la ética”, señala.
“Un ejemplo de la colaboración social empresaria de nuestra Asociación fue la entrega inmediata de tres mil litros de combustible donados para los vehículos municipales con motivo del tornado que destruyera gran parte de la población de Pozo del Tigre (Formosa)”, mencionó.
En relación al medio ambiente, el empresario plantea que “tenemos una preocupación al igual que todos los habitantes de esta nave espacial única que es la tierra, por lo cual bregamos por cuidar del aire que respiramos y al cual se agrede con los gases del efecto invernadero. Es por ello que estamos de acuerdo con las medidas destinadas a mejorar los biocombustibles, la eficiencia de los motores y el cuidado del medio ambiente”. Se cumplen a raja tabla todas las normas que establece la Secretaría de Energía.
A modo de cierre, Bigatti dejó una frase de Ayn Rand, plasmada en “La Rebelión de Atlas”, en 1957, que le parece pertinente para la ocasión: “cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada.”
Y explicó su analogía con la actividad: “si comparamos ese diagnóstico con nuestra realidad veremos que es muy similar. La prognosis de Ayn Rand no deja dudas, porque el abandono de valores conlleva la pérdida de identidad cultural y entonces en la sociedad – la República en este caso -, sin Justicia, cunde el desánimo, el desorden y vicios producto de la impunidad y el abuso de poder”.
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