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La brecha que quedó entre el precio mayorista y el del surtidor, hizo que varias empresas de colectivos acudan a llenar sus tanques en las expendedoras, provocando desorden en la rutina cotidiana de los estacioneros.
El insólito fenómeno comenzó esta semana en los establecimientos del Chaco, pero amenaza con extenderse a las demás provincias del interior del país, como parte de una serie de conflictos que las cámaras de autotransporte mantienen con el Estado y que llevó a la reducción del servicio en los últimos días.
Sucede que las empresas deben abonar a precio mayorista, 235 pesos por litro de diésel premium, mientras que en las operadoras el valor ronda los 204 pesos. De igual manera, el gasoil grado 2 es pagado por las firmas en un valor cercano a los 200 pesos, en tanto que en el surtidor ronda los 154 pesos.
Es decir que hay una diferencia importante, pero esta se redujo ante la última suba registrada durante el fin de semana. Sin embargo, para los dirigentes de las líneas de colectivos “la pérdida es más que significativa en el contexto actual”, explicaron en los medios locales.
Esta incertidumbre, alarmó no solamente a los estacioneros del Norte Grande, sino que llegó a otros lugares de la Argentina, debido a la amenaza que esto representa para los cupos limitados de entrega que aún hoy tienen las Estaciones de Servicio.
“Esta decisión de los colectivos nos pone en una situación incómoda a los dueños y trabajadores de las Estaciones de Servicio ya que se forman largas filas para cargar combustible”, comentó a surtidores.com.ar el referente del sector Miguel de Paoli.
El empresario sin embargo, se mostró aún más preocupado porque se llegue a dar el caso de que esta operatoria de las empresas de colectivos por conseguir producto a menor precio se masificase en todo el país.
“No nos sobra el gasoil porque las petroleras nos aplican cupos relacionados al volumen histórico de ventas”, explicó de Paoli.
Concluyó que la situación puede originar un grave problema, debido a la falta de capacidad de respuesta de las Estaciones de Servicio. “El corrimiento de la demanda puede ser letal para las expendedoras de combustibles”, subrayó.
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