Estacioneros manifestaron su angustia por el posible cierre de comercios a causa del desvío de una ruta

El desaliento se apoderó de los expendedores ubicados en las localidades bonaerenses de Alberti, Bragado, Chivilcoy y Suipacha, que desde hace dos años vienen enfrentándose con los problemas derivados de la ampliación de la traza de la ruta 5.

“A esto se le suma también el tránsito irregular por la anormalidad de la interrupción de 250 km de camino, junto con las roturas provocadas por la laguna, que hace que los autos se desvíen en dos direcciones y dejen a todos los que estamos en la zona sin acceso a ese tráfico”, se lamentó en diálogo con surtidores.com.ar, el estacionero Basilio Elisei, de la Axion de la entrada de la Avenida Benito de Miguel.

El expendedor, además dijo que no solamente en su caso particular, sino que todos los colegas de la región, sufrieron la pérdida del 30 por ciento de los clientes habituales y para peor, el trafico de los vehículos de carga y micros, ya no pasan por la ruta 7, con lo cual, la clientela de gasoil de mayor porte, “es nula”.

Expresó que los camiones que habitualmente viajaban desde Capital Federal hacia las tres provincias de Cuyo, ya no usan más el acceso oeste para evitar la ruta 7 que está cortada por la laguna y directamente usan la ruta 8 por acceso norte, con lo cual “quedamos completamente aislados”, manifestó Elisei.

Agregó que “la crisis nos llevó a despedir a 5 de nuestros trabajadores, con la angustia que esto nos generó a todos  debido a que son parte de nuestra familia, que hace 50 años que vive de esta Estación de Servicio”.

Vale recordar que el tema llegó hace unos meses al despacho del entonces Director Nacional de Vialidad Ingeniero Javier Iguacel, hoy Secretario de Energía, con escasa respuesta por parte de los funcionarios, luego de una gestión realizada por la Federación de Entidades de Combustibles.

En ese momento y hasta hoy, los funcionarios deslindan la responsabilidad por la suerte de estas históricas estaciones que operan a la vera de la vieja ruta desde hace más de 20 o 30 años, cuyos dueños coinciden en que si bien la obra era necesaria para salvaguardar las vidas que se estaban perdiendo a causa de los accidentes de tránsito, es preciso además agotar todas las instancias y tener en cuenta a los pequeños y medianos empresarios para que no queden excluidos del progreso.