Estacioneros exigen adicionar un plus al precio de la nafta y el gasoil

A medida que suben los costos fijos y el poder adquisitivo de los salarios impacta negativamente sobre el nivel de venta de combustibles, los dueños de Estaciones de Servicio, refuerzan sus reclamos en materia de políticas oficiales que los resguarde de seguir perdiendo capital de trabajo.

“Nos estamos desfinanciando cada día un poco más, dada la imposibilidad de retocar los precios al público del único producto que nuestro comercio vende, es decir la nafta”, lamentó en diálogo con  surtidores.com.ar, el titular de FEC, Julio Alonso.

En línea con lo que vienen trabajando en conjunto con su par de UENyA, Juan Carlos Basílico, el dirigente, resaltó que “no podemos seguir viendo cómo nuestros colegas del interior y zonas alejadas de los centros urbanos esperan con desazón lo inevitable”, en relación con el riesgo de quebranto de más de una decena de asociados de la entidad que ya se comunicaron para adelantar la crisis que se profundiza.

Afirmó Alonso que “venimos proponiendo en todos los espacios de debate, acciones concretas que habiliten una renta del 16 por ciento libre de impuestos, como primera medida”.

A ello, reiteró el pedido de integrar la mesa de discusiones a la hora de que el gobierno y las petroleras definan los precios de los combustibles, pero fundamentalmente, tener voz y voto en ese marco.

Además, se mostró a favor de “cumplir con la ley de combustibles, que deja en claro el hecho de que el precio no está regulado y por ende, el estacionero puede accionar sobre este importe, sin tener problemas ni con las petroleras no con el Estado”.

En ese sentido especificó que “hoy más que nunca, tenemos el derecho de poner un plus de cantidad por encima del precio de cartel, transformándolo en un aumento que únicamente se traslade al expendedor de un 5 por ciento mínimo sobre el precio al público acordado”.

Finalmente recordó al gobierno las peticiones que FEC y UENyA vienen realizando en materia impositiva, centralizadas en una rebaja del 33 por ciento en el impuesto a los combustibles, lo cual redundaría en mejores comisiones y por ende, más ventas.