Las bocas de expendio tenían la esperanza de que una vez que el Estado Nacional se hiciera cargo de YPF podrían conversar sobre los puntos sobresalientes que hacen al negocio. En un primer momento notaron que se normalizó el abastecimiento, luego de años de sufrir faltantes de abastecimiento, lo que potenció las expectativas de un futuro próspero.

Tal es así que apenas el Gobierno anunció la expropiación del 51 por ciento de las acciones las cámaras empresarias que las representan emitieron comunicados manifestando el apoyo a la medida. Coincidían en la necesidad de recuperar recursos estratégicos: petróleo, gas y combustibles.

Sin embargo, luego de dos años al frente de la empresa, Luis Malchioldi, presidente de la Federación de Expendedores de Combustible y Afines de la provincia de Buenos Aires (FECOBA) señala que “sigue habiendo inquietud en que YPF no revisa la rentabilidad de las estaciones”.

Cuestiona que las comisiones se mantengan en el 8 por ciento promedio, la exigencia de abonar los productos antes de que el camión realice la descarga de combustible en el tanque, el no reconocimiento de los pasivos ambientales y del impuesto a los débitos y créditos bancarios, entre otras.

En caso de que los directivos de las cámaras empresarias reclamen sobre estos puntos Malchioldi advierte que “la compañía ejerce numerosas presiones especialmente en lo referido a la relación contractual”, advirtió el empresario. Respecto del trato con las estaciones, el operador bonaerense opina que la gestión estatal “es exactamente igual a cuando estaba el grupo Repsol”.

En 2008 FECOBA presentó una denuncia contra YPF por abuso de posición dominante ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, dependiente de la Secretaría de Comercio Interior, que a su vez reporta al Ministerio de Economía. En su momento el organismo ordenó la apertura de un sumario pero nunca avanzó sobre el tema. Los expertos legales de FECOBA insisten en la justicia y ante las autoridades.