Estacioneros advierten que no está garantizado el combustible para la demanda mínima del transporte y la logística

La preocupación de los expendedores de combustibles, crece a medida que el valor de venta al público, se va alejando del resto de las subas de la economía en general y los productos de primera necesidad.

Como sucediera el año pasado, cuando también como ahora, el precio de la nafta y el gasoil estaba retrasado en relación a la inflación, el horizonte de quiebres de stocks en las bocas de expendio se siente en el sector con mayor potencia.

“Con este cepo a los precios, las expectativas sindicales paritarias por encima del 110 por ciento de aumento y el incremento de los costos fijos, estamos al borde de comenzar a restringir el volumen de despacho a nuestros clientes”, advirtió a surtidores.com.ar el dirigente expendedor del Chaco, Miguel De Paoli.

Agregó que este contexto no afectará únicamente a las operadoras de combustible, que están manteniendo la actividad “a pérdida desde hace años”, sino que además incidirá en toda la cadena productiva, porque con este marco de situación, “no está garantizado el combustible para la demanda mínima del transporte y la logística”, aseveró.

De Paoli criticó a las compañías por considerar que en algunos casos se tiene una visión desigual de las realidades de cada uno de los estacioneros según las zonas donde trabajan. “No es lo mismo bajarle el volumen de entrega a un colega que vende 1 millón de litros por mes, que a otro que no llega a expender 250 mil”, asestó.

Vale destacar que según los datos de CECHA, el punto de equilibrio que requiere un establecimiento promedio, es de 330 mil litros por mes y en ese sentido, De Paoli advirtió que “cualquier entrega de las petroleras por debajo de ese límite redunda obligadamente a un grave problema económico y financiero de cada estación”.

En ese mismo marco, la dirigencia recordó que el programa Precios Justos plantea un sendero de incrementos regulados, pero no alivia la situación de los estacioneros, ya que no se equipara al índice de precios generales y no alcanza a cubrir los aumentos de sueldos acordados porque las variables macroeconómicas y energéticas condicionan hasta el límite del quebranto a cientos de Estaciones de Servicio.