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La creciente presencia de capitales árabes en el sector podría redefinir el panorama estacionero local, impulsado por una dinámica internacional que favorece la expansión de este negocio.
El desembarco de Saudi Aramco en Sudamérica con la reciente compra de Primax, valuada en 3.500 millones de dólares (el año pasado adquirió Esmax Distribución, operadora de la licencia de la marca Petrobras en Chile), demuestra el interés de los capitales árabes en la región. La transacción incluye una amplia red de estaciones en Perú, Colombia y Ecuador, lo que posiciona a la petrolera saudí como un actor clave en la comercialización de combustibles en Latam.
Si bien la operación no involucra directamente a Argentina, expertos del sector advierten que esta tendencia podría replicarse en el país, donde la liberalización de precios y la necesidad de inversiones en infraestructura podrían abrir la puerta a nuevos jugadores internacionales.
En este marco, el exsecretario de Energía Daniel Montamat, en diálogo con surtidores.com.ar, analizó el fenómeno y explicó que la incursión de los árabes en la comercialización de combustibles responde a estrategias vinculadas a los acuerdos de la OPEP y la OPEP+.
“La reducción de 5.860.000 barriles diarios acordada hasta 2026 buscaba mantener el precio del crudo por encima de los 70 dólares, pero la oferta de derivados ha jugado un rol clave en la estabilización de precios”, explicó el titular de Montamat y Asociados.
El especialista señaló además, que la incursión de estos capitales en el negocio de refinación y comercialización es una estrategia para flexibilizar la oferta de derivados sin afectar los recortes de producción de crudo.
Al respecto, Montamat observó que hay una fuerte presión de la administración Trump para que los países productores flexibilicen justamente los recortes, de manera de que baje el precio del petróleo, porque tiene un fuerte compromiso con su electorado en ese sentido.
“El nuevo presidente norteamericano cree que la inflación de costos existe y se lo atribuye al precio del petróleo como determinante. Por lo tanto, quiere un petróleo más barato, aunque esto le pueda traer algunos perjuicios a su propia producción”, acotó el experto.
Adelantó que de producirse una baja sostenida a nivel internacional, o bien por caída de demanda o por exceso de oferta más intensiva y una reducción de cortes por parte de la OPEP, “será en la cadena de valor del negocio donde la rentabilidad pasa a estar más aguas abajo porque cae la renta petrolera aguas arriba”, comparó.
En ese marco de situación concluyó en que el posicionamiento en la cadena de valor de Estaciones de Servicio pasa a tener un rol más significativo para defender posiciones de rentabilidad en aquellos países que son grandes productores de petróleo, que tienen el insumo, pero que necesitan la cadena de refinación y comercialización para industrializar y comercializar llegando al consumidor final.
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