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El caso reciente en Entre Ríos reabre el debate sobre las prácticas seguras en situaciones críticas y la capacitación del personal.
El incendio de un automóvil en una estación de servicio de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, generó gran preocupación en el sector y reavivó la necesidad de reforzar los protocolos de seguridad en la actividad. El siniestro ocurrió cuando el vehículo, detenido junto a los surtidores, explotó mientras era sometido a una operación de drenaje de combustible, tras haber sido cargado por error con gasoil en lugar de nafta.
Aunque el hecho no dejó víctimas, el impacto de la explosión puso en riesgo la vida de empleados y clientes presentes en el lugar. El incidente dejó en evidencia las consecuencias que puede generar una mala praxis en zonas sensibles como la playa de carga de combustibles, donde una chispa puede desatar una tragedia.

Según trascendió, el procedimiento de vaciado fue realizado en la misma zona de los surtidores, lo que constituye una infracción a las normas básicas de seguridad operativa. La especialista en Seguridad e Higiene Silvana Castiglione, titular de la consultora Duramadre, explicó que este tipo de tareas nunca debe ser ejecutado por vendedores de playa. “La operación de drenaje debe realizarla un mecánico calificado o, en caso de que la estación cuente con un lubricentro, solo allí, y siempre que se disponga del equipamiento adecuado”, señaló la experta en diálogo con surtidores.com.ar.
Castiglione advirtió además que el error se agravó por haber intervenido en lo que técnicamente se denomina “área clasificada”, es decir, la zona de los surtidores, donde se concentran vapores inflamables y cualquier fuente de ignición, incluso mínima, puede detonar un incendio. “Lo hicieron en el peor lugar posible”, apuntó.
Pese a la gravedad del episodio, destacó que la rápida intervención del personal evitó consecuencias mayores. “Los empleados actuaron bien al sofocar el fuego con extintores ABC, que son obligatorios en las islas de carga. Esa reacción rápida fue clave”, explicó.
El caso pone en el centro del debate la importancia de la capacitación continua del personal de playa, que muchas veces es el primer respondiente ante este tipo de emergencias. La especialista enfatizó que todo trabajador debe estar entrenado para actuar en los primeros segundos del incendio, evaluando siempre si es posible controlarlo o si se debe activar de inmediato el plan de evacuación.
Entre las recomendaciones básicas que deben tenerse en cuenta, Castiglione destacó que nunca se debe abrir el capot de un vehículo en llamas, ya que eso proporciona oxígeno y puede avivar el fuego. La acción más eficaz, en caso de pequeños focos, es intentar sofocar el incendio a través de la parrilla o por debajo del auto, sin exponerse innecesariamente.
El episodio de Entre Ríos no es un caso aislado, aunque sí excepcional por la magnitud. Las estadísticas del sector muestran que las Estaciones de Servicio son espacios que, pese a operar con sustancias altamente inflamables, mantienen un bajo índice de incidentes graves, precisamente gracias a la normativa vigente y a los protocolos de seguridad que deben cumplirse al pie de la letra.
No obstante, la reiteración de malas prácticas, incluso por desconocimiento o exceso de confianza, puede derivar en eventos de alto riesgo. Por ello, especialistas y entidades del sector insisten en la necesidad de reforzar campañas de concientización, actualizar las capacitaciones obligatorias y revisar regularmente los procedimientos internos de cada estación.

OBLIGACIONES ANTE UN CASO DE INCENDIO SEGÚN EL DECRETO 2407/83
La normativa establece con claridad las responsabilidades del expendedor y el personal de la estación. Según el artículo 4 del decreto, el titular del establecimiento tiene la obligación de informar detalladamente a su equipo sobre las normas de seguridad, entrenar al personal para el manejo adecuado de matafuegos y asignar tareas específicas a cada operario en caso de emergencia. Además, debe mantener los extintores en perfecto estado, con su carga actualizada, y llevar un registro de todas las actividades relacionadas con el “rol de incendio”, incluyendo controles semestrales de los equipos de combate.
También exige contar con información de contacto de bomberos, hospitales y comisarías en un lugar visible dentro de la estación.
En lo operativo, el artículo 5 ordena interrumpir inmediatamente el funcionamiento del surtidor en caso de que se produzca fuego durante la carga de combustible, evacuar el vehículo afectado y utilizar el matafuego más próximo, dejando expresamente prohibido el uso de agua en estas circunstancias. Asimismo, el artículo 6 aclara que durante la carga, el pico de la manguera no debe ser retirado de la boca del tanque, ya que eso podría agravar la situación.
Finalmente, en caso de que el fuego se propague a otras instalaciones, el artículo 7 establece que debe utilizarse el extintor más cercano y alertarse de inmediato a los Bomberos. También se indica que se debe liberar la zona, removiendo primero los vehículos o materiales de mayor riesgo de combustión.
Creo que es muy importante para el bien común , tener siempre en cuenta la importancia que es la seguridad en toda órbita de trabajo en especial las estaciones de servicio
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