La crisis de oferta de gas vehicular se hizo sentir como nunca en la historia de 40 años de la industria, donde el corte fue total para todos los establecimientos sin distinción de tipo de contrato de aprovisionamiento.

Las consecuencias las sufrieron las bocas de expendio y los automovilistas, luego de que Petrobras rechazara el pago del cargamento de GNL valuado en aproximadamente 20 millones de dólares, que se había ofrecido mediante una carta de crédito. Si bien el problema finalmente fue solucionado, los perjuicios en las espaldas de los estacioneros quedan.

"La negligencia es el peor enemigo del GNC"

Al respecto, el abogado especialista Francisco Turzi, planteó la hipótesis de demandar a los responsables por la falta de Gas Natural Comprimido en las Estaciones de Servicio, argumentando una posible mala praxis.

El letrado argumentó que la realidad de esta situación provocó graves consecuencias. “La interrupción generó costos significativos y pérdidas a los expendedores por tiempos improductivos”, aseveró.

En ese contexto, consideró que el sector de Estaciones de Servicio quedó particularmente afectado. “Con el suministro de GNC paralizado, los empresarios debieron seguir afrontando gastos fijos como salarios y aportes de su personal, tasas y contribuciones municipales, alquileres, anticipos de Impuesto a las Ganancias y reintegros de IVA, sin la posibilidad de generar ingresos”, afirmó Turzi.

Al respecto, argumentó que los funcionarios del área deberían ser responsabilizados por esta crisis de la misma manera que un médico, un abogado o un ingeniero que asumen errores en sus respectivas prestaciones.

“La falta de previsión y gestión adecuada para garantizar las reservas de gas y la infraestructura necesarias para atender las demandas de la población en invierno constituye una clara mala praxis”, apuntó.

Estacioneros presentarán un proyecto de ley para garantizar la oferta continua y regular de GNC

“El incremento del consumo de gas durante la temporada fría es previsible. La ausencia de reservas adecuadas y la falta de información anticipada a la industria sobre posibles cortes de suministro no son imprevistos, sino fallos de gestión”, expresó Turzi.

El entrevistado planteó que sería razonable que los funcionarios ofrecieran explicaciones admitiendo los errores cometidos. “La responsabilidad y transparencia en la cuestión pública son esenciales para evitar crisis como la actual, y la rendición de cuentas debería ser una práctica estándar en la administración pública”, sentenció Turzi.