En algunas localidades del país la diferencia entre marcas llega al 20 por ciento

Los indeseables efectos de la inflación provocaron la disparidad de los precios de los combustibles en la Argentina. Ya no siguen la marca rectora, que es YPF, las empresas comenzaron a acomodarlos según sus propias variables y necesidades, más allá de que la diferencia en algunos casos, alcance hasta el 20 por ciento.    

Desde hace un tiempo la uniformidad era uno de los signos distintivos del mercado. Las estaciones de servicio ostentaban pequeñas diferencias entre sí, de tan sólo algunos centavos, aunque a partir de este año, los sucesivos aumentos transformaron el escenario con brechas cada vez más profundas.

Así sucede en muchas localidades del país, como por ejemplo Córdoba, donde existe una disparidad de dos pesos entre bocas de expendio muy próximas. A pesar de las subas, YPF sigue siendo la más barata, mientras que el resto se posiciona en el otro extremo, sin un parámetro determinado, ya sea Shell, Petrobrás (foto), Axion u Oil.

La petrolera estatal es la única que opera bajo el sistema de consignación. De este modo regula los precios de los combustibles que vende en sus estaciones de servicio sin darle la posibilidad a los expendedores de que los modifiquen y asegurándose a la vez ser la de menor precio. Claro que esta situación también le provoca un problema: la excesiva demanda en los surtidores dificulta sus posibilidades de abastecimiento.

Sin llegar a padecer los inconvenientes previos a su nacionalización, los faltantes de ciertos productos son bastante frecuentes. Por ser la de mayor consumo, generalmente la que escasea es la nafta súper y en especial en las zonas turísticas, como ocurrió recientemente en la patagonia. Sin embargo los expendedores aseguran que son sólo “quiebres de stock” y que la reposición llega al otro día.