La senadora Nacional por Mendoza, Pamela Verasay comunicó a surtidores.com.ar que elevó un proyecto de comunicación para que el gobierno nacional aclare públicamente las causas por las cuales decidió dar libertad a la petrolera estatal para aumentar los valores al consumidor de todos sus combustibles líquidos.

La legisladora explicó que “estamos urgidos por obtener información detallada sobre el tema, fundamentos y criterios aplicados, impacto de las subas de los combustibles líquidos durante el año 2020 y 2021, con documentación técnica que respalde y avale las decisiones”.

Si bien desde el sector petrolero descartan nuevas actualizaciones de precios por fuera de los ya anunciados para este año por YPF, Verasay igualmente no se mostró confiada en lo que pueda ocurrir en un futuro cercano y pidió saber sobre las actualizaciones de precios que se ejecutarán en mayo y si habrá otros aumentos en la segunda mitad del 2021.

En dicho contexto, advirtió que “estas decisiones generan un impacto muy significativo en un insumo imprescindible para gran parte del sector productivo, para las economías regionales, que utilizan el gas oil como insumo y para el sector del transporte del país, como hacia las familias que utilizan estos combustibles al momento de transportarse y transportar sus mercaderías”.

Asimismo, señaló que el reciente aumento en los precios del GNC es una dificultad extra contra los sectores de trabajo informal que no pueden absorber en sus estructuras de costos la magnitud de las subas, cuyos previsibles efectos resentirán aún más la economía del sector productivo y de las familias.

Vale destacar que entre los detalles que exige la senadora, también se encuentran contempladas las resoluciones de la Secretaría de Energía que ponen topes al porcentaje de corte de biocombustibles en naftas y gasoil, como también, el valor que se está modificando sobre estos componentes, juntamente con el modo y peso fiscal de la carga tributaria.

Por último, se refirió a la necesidad de tener en cuenta la palabra de los expendedores, porque son los representantes del último eslabón de la cadena de los combustibles y quienes conocen a los consumidores cara a cara, a la vez que se trata de los empresarios Pymes que deben cargar con los costos y la baja de ventas que se incrementó en la pandemia.