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Según un informe de la consultora Economía y Energía, el sector energético recuperó su participación en el PBI y muestra señales de dinamismo en el mercado laboral, especialmente en la extracción de petróleo y gas.
La evolución reciente del sector energético en Argentina muestra una reactivación notable tanto en su incidencia sobre la economía nacional como en su capacidad para generar empleo registrado. Así lo revela el último informe de la consultora Economía y Energía, dirigida por el economista Nicolás Arceo, que analiza el comportamiento del sector en las últimas dos décadas.
Uno de los principales datos que aporta el estudio es la recuperación del Valor Agregado Bruto (VAB) del sector energético, que en el año 2024 se ubica un 16 por ciento por encima del promedio de los últimos 20 años. Este repunte comenzó a observarse con claridad a partir del año 2021, luego del impacto de la pandemia de COVID-19 sobre la actividad económica.
La clave de esta reactivación reside en el crecimiento de la extracción de petróleo crudo y gas natural, que representa actualmente el 60 por ciento del VAB energético, cuando en 2020 esa participación era del 53 por ciento. Este dato no sólo refleja un mayor dinamismo en la actividad extractiva, sino también un mayor peso relativo de esta rama dentro del sector energético en su conjunto.
En ese contexto, también se recuperó la incidencia del sector energético sobre el total de la economía argentina. En 2023, el sector representó el 6,6 por ciento del VAB nacional, una cifra que no se alcanzaba desde 2006. Este aumento no es menor: implica una mayor influencia del sector energético en el desempeño macroeconómico del país y lo posiciona como un pilar clave en el proceso de crecimiento.

DE LA MESETA A LA REACTIVACIÓN
En términos laborales, el informe muestra una evolución interesante. El empleo registrado en el sector energético tuvo una fuerte expansión entre los años 2004 y 2015. En ese período, los puestos de trabajo pasaron de 75.268 a 110.980.
Sin embargo, a partir de 2016 se observó una meseta y, en algunos años, una leve caída en el número de empleos. Esta situación se revirtió a partir de 2022, momento en el que comenzó a recuperarse con más fuerza, impulsado especialmente por el repunte en la extracción de petróleo y gas, la rama con mayor dinamismo en toda la serie histórica.
En 2024, el número total de trabajadores registrados en el sector alcanzó los 128.255, lo que representa una suba del más del 15 por ciento respecto a 2021, cuando el sector contaba con 110.276 puestos de trabajo.
Además, el sector energético volvió a ganar participación dentro del empleo total registrado en la economía, alcanzando un 1,9 por ciento del total. Si bien esta cifra aún se mantiene lejos de sectores con mayor volumen de ocupación, marca una leve pero sostenida recuperación tras varios años de estancamiento.
EL MOTOR DEL CRECIMIENTO
El motor principal de esta dinámica es la extracción de hidrocarburos, una rama que no sólo lidera el crecimiento del VAB sino que también es la más expansiva en términos de generación de empleo. El gráfico presentado en el informe muestra que este segmento no ha dejado de crecer, incluso en años donde el resto del sector mostraba cierta desaceleración.
Esta tendencia está estrechamente vinculada al desarrollo de Vaca Muerta y a las políticas de incentivo a la producción no convencional, que vienen generando un aumento en la actividad y en la demanda de personal técnico, operarios, ingenieros y servicios asociados.
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