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Mientras las petroleras presionan por nuevos aumentos tras la suba del tipo de cambio, el Gobierno busca evitar un salto inflacionario. Sin embargo, especialistas advierten que el factor impositivo y el contexto político actual tienen mayor peso en el surtidor que la paridad con la moneda norteamericana.
El alza del dólar oficial volvió a encender las alarmas en el mercado de los combustibles. Las estimaciones de analistas privados, ponen de manifiesto que el atraso de los precios se ubica entre el 10 y el 15 por ciento. Pero el Gobierno, en una delicada coyuntura económica y en medio de la campaña electoral, intenta contener los aumentos para evitar un nuevo impacto en los índices de inflación.
La última suba del tipo de cambio empujó aún más la diferencia con los valores de referencia global, generando un nuevo frente de conflicto. Sin embargo, no todos los expertos coinciden en que la comparación con el billete verde sea hoy el principal motor detrás del precio de los hidrocarburos.

En diálogo con surtidores.com.ar, el exsecretario de Energía Raúl Olocco, relativizó la presión del dólar como factor determinante. “El tema de la paridad del dólar es un componente importante dentro del precio de los combustibles líquidos, pero me parece que es una suposición que al momento no existe. Tocó la banda superior, pero todo indica que tiende a estabilizarse”, señaló el exfuncionario.
Para Olocco, hay otros factores más decisivos que inciden en lo que pagan los usuarios en las Estaciones de Servicio. “Influye mucho más el componente impositivo, particularmente si se decide o no aplicar plenamente el impuesto a los combustibles. O, en su defecto, una variación abrupta e impensada en el precio del crudo. Eso creo que afecta notoriamente más que la paridad del dólar”, sostuvo.
Una visión similar fue expresada por Emilio Apud, también exsecretario de Energía. “En situaciones normales, el precio de los combustibles debería acompañar al dólar. Pero no estamos en una situación normal. Políticamente, el año electoral pone ciertas presiones sobre un mercado que no es completamente libre. Y como los combustibles impactan directamente en el IPC, que es el objetivo número uno del Gobierno ahora en la campaña, es probable que las empresas resignen transitoriamente parte de su rentabilidad para no trasladar completamente a precios la revaluación del dólar”, afirmó.

Apud incluso proyectó que una vez superado este ciclo político y estabilizado el tipo de cambio, “el mercado volverá a fijar los precios con mayor libertad”, posiblemente sumando nuevas herramientas como las que ya explora YPF para ajustar valores en función de la demanda en tiempo real y la localización de los surtidores. “En ese escenario, también deberá resolverse el tema de los impuestos y el futuro de los biocombustibles”, agregó.
Los dichos de ambos expertos energéticos, pusieron en debate el verdadero peso de cada variable en la construcción del precio final a pico de surtidor. Los impuestos regulados —una herramienta utilizada por el Gobierno para moderar el impacto de las subas— se convirtieron en un elemento central del esquema actual.
De hecho, postergaciones sucesivas en la actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono evitaron aumentos significativos en los surtidores durante los últimos meses. Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), los tributos nacionales de monto fijo que gravan a los combustibles sufrieron una pérdida de valor real del 47 por ciento en los últimos siete años.
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