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Entre junio de 2024 y junio de 2025, la inflación acumulada fue del 39,4 por ciento, mientras que la nafta súper en CABA aumentó 30,8 por ciento. La diferencia preocupa a los operadores, que ven reducida su rentabilidad mientras crecen los costos operativos.
La comparación interanual entre la inflación y el precio de los combustibles confirma lo que desde CECHA vienen advirtiendo desde hace meses: los valores en los surtidores corren por detrás del promedio general de la economía.
Según el INDEC, la inflación interanual a junio de 2025 fue del 39,4 por ciento, consolidando una fuerte desaceleración respecto al año anterior. Sin embargo, en el mismo período, el precio de la nafta súper en la Ciudad de Buenos Aires pasó de $905 a $1.184 por litro, lo que representa un aumento del 30,8 por ciento.
El retraso de casi 9 puntos porcentuales frente al Índice de Precios al Consumidor tensiona la ecuación económica de las Estaciones de Servicio, que ya operan con márgenes estrechos en un contexto de alta presión tributaria y costos crecientes.

“Los aumentos vienen muy por debajo de la evolución de nuestros costos operativos, y no se está considerando el impacto de la carga impositiva ni la variable cambiaria, que agravan aún más el cuadro de situación”, advirtió a surtidores.com.ar el titular de CECHA, Isabelino Rodríguez. “La actividad no es sostenible sin una recomposición urgente de los márgenes”, agregó.
El impacto se siente particularmente en el segmento minorista, donde los costos de salarios, mantenimiento y tarifas, evolucionan al ritmo de la inflación o incluso por encima. Las estaciones medianas y pequeñas, sin respaldo financiero, son las más afectadas por este desfasaje.
Desde la entidad empresaria vienen advirtiendo que la rentabilidad de las bocas de expendio cayó considerablemente en los últimos 12 meses, y que los precios actuales no reflejan ni los costos operativos ni la carga impositiva que soporta el combustible.

La comparación no solo refleja un número: expone una preocupación estructural del sector. La diferencia acumulada deteriora los ingresos de las estaciones, limita inversiones, retrasa modernizaciones y, en los casos más críticos, pone en riesgo la continuidad del negocio.
Es por ello desde CECHA vienen insistiendo en la necesidad de restablecer la ecuación que permita a las estaciones trabajar con márgenes razonables, mantener fuentes de empleo y sostener un servicio esencial para la logística y el consumo en todo el país.
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