Tras el violento ataque
El titular de la Estación de Servicio de Bragado, Juan Aramendi, lamentó el hecho que debió atravesar su empleado tras negarse a cargar nafta a un motociclista sin casco y espera que se reformulen los métodos para aplicar las ordenanzas que obligan a las Estaciones de Servicio a efectuar tareas de policía
“Estamos muy consternados ya que con nuestro plantel de trabajadores somos una gran familia y estamos juntos desde hace 20 años, remando para el mismo lado, en todos los momentos que nos tocan vivir”, comentó entristecido el dueño de la Shell de la zona de Bragado, Juan Aramendi.
El estacionero bonaerense, recalcó que la acción delictiva sobre su encargado del turno noche que hoy aguarda ser intervenido por la clínica de la ART que le corresponde para curarle las tres fracturas que tiene debido a los golpes, “podría haber sido peor, ya que la intención del atacante era romperle la cabeza pero él se defendió con su brazo”.
Agregó que “la policía local ya sabe quién es el que volvió a provocarle daño al playero luego de que cumpliera con las normas que le prohíben cargarle nafta a los motociclistas si no tiene el respectivo casco”.
Aseveró que “a estos tipos los conocemos todos en la zona, ya que son cinco hermanos que suelen estar metiéndose siempre en problemas de características muy violentas” y explicó que “no es la primera vez que pasa que debemos negarnos a cargar combustible a los motociclistas, ya que en el pueblo como pasa en todas las localidades del interior, la gente usa mucho este vehículo porque el transporte público es muy deficiente y por lo tanto, es muy común ver las calles llenas de motos y ciclomotores, muchas veces con más de dos pasajeros a bordo”.
Agregó Aramendi que “la mayoría de la gente sabe que no pueden entrar a cargar sin el casco puesto, pero siempre tienden a quebrar las reglas y nosotros venimos esperando que las autoridades realmente modifiquen la forma de hacer cumplir estas leyes porque no tenemos ningún poder de policía para enfrentarnos con nuestros mismos clientes que a la vez son vecinos”.
Al ser consultado sobre si tuvo alguna respuesta o seguimiento del caso por parte del estado municipal o provincial, el expendedor expresó su satisfacción por la preocupación que el jefe policial había tenido con ellos y según adelantó, “prometió gestionar en los respectivos poderes de gobierno otra manera de cuidarlos y no exponer a los playeros”.
Finalmente recalcó que “es muy complicada la cosa en estas zonas ya que nos conocemos entre todos y es cada vez más común el uso de vehículos de dos ruedas para trasladarse de una localidad a otra, con lo que debemos vivir siempre una situación incómoda cada vez que enfrentamos a quien no quiere cumplir con las reglas”.
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