Hay infraestructura disponible
En abril las conversiones alcanzaron los 15.000 automóviles, lo que determina una proyección de 180.000 al concluir 2014. Respecto del transporte pesado, a pesar de las gestiones de las cámaras empresarias, el Gobierno todavía no se decide a impulsarlo por temor a escasez de volumen ¿Es conveniente seguir importando gasoil en vez de gas?
La industria del GNC está de parabienes. La venta de equipos de tercera y quinta generación crece a un ritmo estimado del 20 por ciento en todas las provincias del país, nivel que los empresarios califican como óptimo de acuerdo a la capacidad instalada: 15.000 unidades por mes.
Este boom del GNC se explica por tres factores fundamentales: los combustibles líquidos aumentaron un 58 por ciento en apenas un año; la economía muestra signos de debilidad en la gran mayoría de las actividades y los consumidores buscan alternativas para ahorrar; al tiempo que los avances técnicos permiten adaptaciones en rodados modernos y de última generación.
Si bien los beneficios económicos y ecológicos podrían ser aprovechados en el transporte de carga y de pasajeros, Hugo Lamy, presidente de la Cámara Argentina de Productores de Equipos de Gas (CAPEC) señala que “el proyecto está trabado” hasta el momento.
Hay experiencias en Mendoza y otras partes del país donde colectivos y camiones funcionan con gas, pero no en la medida que las empresas del rubro proponen a las autoridades dadas las condiciones de infraestructura desarrolladas desde 1984 a la fecha, con casi 2000 estaciones de carga.
“Hay capacidad de mangueras, surtidor y de compresión”, destaca. También asegura que muchas compañías abocadas al negocio estarían dispuestas a invertir para cambiar la matriz energética en el transporte, uno de los principales factores de consumo de energía junto con la industria.
Por lo que se sabe de las reuniones privadas, el Gobierno pone sus reparos por las dificultades que habría para abastecer al parque de camiones. En la actualidad más del 40 por ciento del gas que se utiliza en Argentina proviene del exterior, principalmente en su forma de Gas Natural Licuado, desde Medio Oriente, pero también por gasoductos desde Bolivia.
De todas maneras, los expertos refutan este argumento: el diesel se paga más caro que el GNL: 25 dólares contra 18, siempre en unidades de medición equivalentes. En estas condiciones Lamy asegura que es una alternativa interesante para desarrollar que traería una ventaja comparativa a la economía en su conjunto.
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