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Un proyecto de ley propone permitir la instalación de surtidores con mezclas superiores de biocombustibles sin más requisitos que cumplir normas de calidad y seguridad, con el objetivo de acelerar la transición energética y destrabar inversiones.
El debate legislativo por el nuevo régimen de biocombustibles abrió un capítulo de especial interés para las Estaciones de Servicio: la posibilidad de incorporar surtidores con cortes incrementales por encima de los obligatorios. De aprobarse, la medida representará un cambio significativo en el funcionamiento del expendio minorista, otorgando previsibilidad y autonomía en un escenario donde la transición energética demanda innovación, inversión y libertad operativa.
En diálogo con Surtidores, el senador nacional José María Carambia —autor del proyecto— explicó que esta propuesta surge para “modernizar el mercado y darle aire a los operadores”, permitiéndoles sumar surtidores diferenciados para combustibles con mayor contenido vegetal siempre que se respeten los estándares técnicos vigentes. Según indicó, el objetivo es “eliminar trabas innecesarias y acompañar a las estaciones en la transición hacia una matriz más limpia”.

El artículo 18 de la iniciativa establece la libre incorporación de surtidores adicionales, fijando como única condición el cumplimiento de las normas nacionales de calidad, habilitación y seguridad. Con este esquema, ninguna provincia ni municipio podrá imponer obligaciones adicionales ni generar nuevos requisitos para la instalación de estos equipos, un punto que el legislador considera “central para evitar un mosaico regulatorio que desaliente inversiones”.
Carambia remarcó que la decisión final quedará en manos de cada operador. “No se impone la instalación de nuevos surtidores. Lo que se hace es permitir que quien quiera ofrecer un producto más sustentable pueda hacerlo sin obstáculos burocráticos”, señaló. De este modo, las estaciones tendrán la libertad de desarrollar nuevas líneas comerciales con biocombustibles avanzados, biodiésel de mayor corte o mezclas premium de bioetanol.
Para el impulsor del proyecto, esta flexibilidad favorecerá la competencia y ampliará la oferta al consumidor. “Si una estación detecta demanda para un gasoil con mayor porcentaje de biodiésel, podrá ofrecerlo. Eso es sano para el mercado y contribuye a reducir la huella ambiental”, sostuvo.

El legislador destacó además que la propuesta integra a las Estaciones de Servicio como actores estratégicos de la transición energética. “No se puede pensar en ampliar el uso de biocombustibles si los puntos de expendio no tienen libertad de adaptarse. Esta ley les da herramientas reales”, afirmó.
Otro de los ejes del proyecto es el reconocimiento de nuevas tecnologías: biocombustibles de segunda y tercera generación, biometano e incluso combustibles sintéticos renovables. Según Carambia, permitir surtidores adicionales también prepara al sector minorista para incorporar estos productos a medida que evolucionen las normativas.
El senador insistió en que el Estado mantendrá un rol activo en la fiscalización, garantizando calidad y seguridad, pero sin intervenir en decisiones empresariales. “La autoridad de aplicación debe controlar estándares, no determinar qué instala cada estación”, subrayó.
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