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Expendedores de diferentes zonas del país se vieron obligados a asumir gastos inesperados tras el cambio de gobierno, para cubrir los desfasajes causados por el retraso de los pagos de clientes de organismos oficiales y el incremento del valor de los productos que debieron reponer.
Como suele suceder en el sector expendedor, los ajetreos políticos y económicos dejan su marca y perjudican el sostenimiento de las finanzas de los establecimientos, en especial, aquellos con menor volumen de venta y de los operadores que proveen a los móviles de las reparticiones públicas, nacionales, provinciales o municipales.
Este impacto negativo se sintió con mayor fuerza en las Estaciones de Servicio del interior del país, como fue el caso de los expendedores representados por la Cámara de San Luis, cuyo presidente José Gianello, informó a surtidores.com.ar que “los inconvenientes con las cuentas corrientes llevaron a una pérdida significativa del capital de trabajo”.

Explicó que tras las elecciones nacionales, hubo como en otras provincias, recambio de gobierno, muchos de ellos de diferente color político al saliente. De esta forma, los empresarios que trabajaban con cuentas corrientes de dependencias oficiales, se toparon con un cese en la cadena de pagos que les provocó una suma de inconvenientes que profundizaron la crisis que se venía arrastrando con los precios congelados del 2023.
“El gobernador y los intendentes que asumieron en diciembre se tomaron su tiempo para revisar las cuentas y auditar los gastos de los distintos sectores de la administración pública, entre los que se encuentran las facturas impagas de los gobernantes que dejaron su cargo”, señaló Gianello.
Esta situación descripta se complicó aún más según el entrevistado, cuando el Poder Ejecutivo autorizó la liberalización completa del precio de los combustibles al surtidor. “Por ello, las deudas que recién hace pocos días nos comenzaron a saldar las autoridades de cada municipio, correspondientes a octubre o noviembre del año pasado nos dejaron con un 75 por ciento de déficit al momento de reponer el producto, que fue el mismo porcentaje de la actualización de los costos mayoristas”, opinó.
El directivo también se mostró preocupado porque aún persiste la incertidumbre en algunos de los asociados que están aguardando respuesta no solamente por el pago de las deudas de la administración anterior, sino también en referencia a si finalmente cada cliente del Estado retomará el acuerdo de abastecimiento que tenían anteriormente.

Para concluir, el representante de las bocas de expendio de dicha zona cuyana, advirtió que para numerosos estacioneros las cuentas corrientes con el Estado significan el sostenimiento del punto de equilibrio del negocio y una rescisión de estos acuerdos pueden significar el cierre del comercio.
Todo ello, según el testimonio de Gianello se convirtió en una mezcla explosiva para los empresarios del combustible de la región que también están atravesando por una recesión en el nivel de expendio cercana al 45 por ciento tras los aumentos de los últimos 30 días.
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