Efecto devaluación: el litro de nafta súper muy por encima de lo que cuesta un dólar

Debido a los cambios que se produjeron en el sector energético la relación entre un litro de nafta súper y la cotización del dólar oficial, cambió sustancialmente. Cuando en 2009, se compraba esta cantidad de combustible con el 80 por ciento de lo que valía un dólar, en la actualidad, es necesario 1.40, para cargar en una boca de expendio de YPF de la Capital Federal, que es la referencia más accesible al bolsillo.

En diciembre de 2010 este subproducto de los hidrocarburos se ofrecía a $3.92, mientras que la divisa norteamericana se compraba en cualquiera de los bancos locales a $4.01. En ese entonces un litro de nafta súper costaba casi lo mismo que un dólar.

En el último mes de 2011 esta relación se estiró en unos pocos centavos, no por casualidad cuando surgieron el dólar paralelo en las cuevas porteñas y algunas complicaciones en las cuentas fiscales.

Ya en 2012, en cambio, se profundizó la brecha: cargar el combustible de YPF implicaba desembolsar un 1.28 dólares. En el interior del país se requería hasta un 10 por ciento adicional, debido a que los surtidores marcan números más altos. No hay precio uniformes en el país, a pesar de que los costos de logística y transporte en muchos casos no varían de los de Capital Federal.

En 2013 se confirmó la tendencia: el litro se fue a $6.52, siempre de acuerdo a datos de la Secretaría de Energía de la Nación, mientras que el dólar pasó a 8.34. En definitiva, se mantuvo a 1.27 dólares.

En 2014 pegó otro salto: las pizarras de la petrolera estatal marcaban en noviembre (último mes relevado por la cartera energética) 11,91, al tiempo que la moneda extranjera figuraba a 8.58. Es una diferencia del 38 por ciento.

¿Qué puede pasar en 2015? No hay certezas a la vista. Por primera vez en mucho tiempo el Gobierno redujo el importe al público de las naftas y gasoil para acompañar la abrupta caída del barril de crudo en las plazas internacionales. Lo hizo en apenas un 5 por ciento. El dólar, mientras tanto, se espera que siga ascendiendo, debido a los altos niveles de inflación, que perjudican la competitividad de las exportaciones.

Por ser un año electoral, no se esperan ajustes bruscos en el tipo de cambio, pero ya en 2016 la situación podría ser distinta.