El sector de las Estaciones de Servicio atraviesa un momento muy complicado. La caída de los volúmenes despachados a consecuencia de la crisis económica, el estancamiento de los precios a pesar de la inflación y la escasa rentabilidad que perciben por la venta de combustibles, ha impactado con fuerza en la actividad al punto que muchos expendedores advierten tener serias dificultades para mantener sus negocios de pie.

“Muchos” puede graficarse en dos de cada tres, según afirma un estudio de la consultora especializada Economics Trends, que presentó un profundo análisis sectorial durante una reciente reunión de operadores. 

La cifra refiere a la cantidad de expendedoras – que ofrecen combustibles líquidos exclusivamente – que no alcanzan a cubrir sus costos operativos, es decir el 66 por ciento de los establecimientos. El 18,9 en tanto, logra equilibrar su balanza comercial, mientras que solo el 14.40 restante obtiene resultados positivos.  

De acuerdo al relevamiento, la canasta de costos está conformada en primer lugar por los salarios, a los que se le debe adicionar una considerable cantidad de rubros: contribuciones patronales al sistema previsional, fondo no convencional, seguros obligatorios, ART, previsión por despidos, equipos de ropa de trabajo, auditorías de tanques y superficie, control metrológico a cargo del INTI, ventas con tarjeta y gastos bancarios, entre otros.  

Esta situación ha provocado la inevitable reducción de puntos de venta, del 11.1 en la última década. Sin embargo un dato no menos relevante es el incremento de Estaciones de Servicio que venden por debajo de los 100 mil litros: de 31.7 por ciento en 2010 a 50.4 en la actualidad.

Como contrapartida, aquellas que superaban los 200 mil litros se redujeron en el mismo período de 46.1 por ciento a 28.3. “El mayor esfuerzo no se ha compensado con mayores volúmenes”, concluye el informe de la consultora.