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La empresa de camiones SCANIA, adelantó que sus proyectos más cercanos se basan en el recambio de unidades pesadas de Diesel a gas automotor. Esperan que el GNL cierre el ciclo del futuro energético.
Con las abundantes reservas existentes en el territorio argentino y la falta de crecimiento del mercado de automóviles eléctricos a corto plazo, el plan más rápido de cumplimiento de los compromisos internacionales en materia de reducción de emisiones del efecto invernadero, del cual actualmente los vehículos de transporte pesado, abarcan el 12 por ciento del total de la contaminación, es recurrir al gas.
De acuerdo a lo expresado por la compañía sueca que desde 1974 está instalada en nuestro país, invertir en un proyecto nacional de GNC para vehículos pesados, producirá un 40 por ciento de ahorro estatal en subsidios y por otra parte reducirá un 20 por ciento la combustión contaminante en el aire.
En ese contexto, los disertantes coincidieron en que Argentina, con una flota de casi dos millones de vehículos a GNC y una red de comercialización de dos mil Estaciones de Servicio en cada punto del país, ofrece una ventaja comparativa, respecto de otras naciones de la región americana.
Además se complementa con una infraestructura que viene en crecimiento desde hace 36 años, donde los actores del mercado poseen un conocimiento de la tecnología mayor al de muchos países del planeta.
A este fenómeno, se le agrega además que, a nivel local, la fabricación de componentes para equipos de GNC, está en un nivel elevado en cuanto a su calidad y variedad de productos. Estos detalles, de acuerdo a SCANIA, primaron a la hora de avanzar en planes de renovación integral de los motores gasoleros a nuevas movilidades a GNC y GNL.
“Hoy un camión ya está en condiciones de cargar en una estación de GNC, por lo cual, estamos apoyando todos los planes que el Estado nacional tiene para generar más combustible gaseoso”, dijo el gerente de la firma, Lucas Woinilowicz.
También comunicó que tal cual están dadas en el presente las condiciones generales para elegir entre la electricidad y el gas, “es más concreto hablar de GNC, porque con las deficiencias a nivel de distribución de electricidad que tenemos en las principales ciudades, el sistema energético no podría de ninguna manera soportar un total de 18 mil colectivos durante una noche de verano, cargando sus acumuladores eléctricos”.
Woinilowicz aludió que “un camión eléctrico cuesta dos veces y media más caro que una unidad equipada de fábrica con GNC” y aseveró que “utilizar un conjunto de baterías para un camión de transporte logístico que tenga que recorrer más de 3 mil km, debería cargar entre 6 y 7 mil kilogramos de peso solamente en esas baterías”.
Informó que ya existen hoy fabricantes argentinos de GNC y equipamiento que están trabajando con la firma para homologar en un futuro cercano, las características necesarias de aprobación para que los vehículos salgan a la calle desde su origen con tubos que tengan una vida útil de 100 años.
EXPECTATIVAS POR LOS CORREDORES DE GNL
El ejecutivo valoró por otro lado, las apuestas industriales que ya se están realizando para concretar el tan nombrado “corredor azul”, para que el GNL abastezca a las zonas que no llegue aún el gas de red.
De esa misma forma, comentó que el GNL ofrece el doble de autonomía en un camión que el GNC, dadas las características del proceso de generación de este tipo de combustible.
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