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El mercado indica que es un buen momento para que los estacioneros ofrezcan lavaderos entre sus prestaciones. ¿Cuál es la inversión inicial y cómo calcular su retorno?
En el contexto actual del mercado argentino, los lavaderos automáticos se presentan como una alternativa rentable para las Estaciones de Servicio con espacios en desuso.
Durante años, experimentó una tendencia a la baja, en gran parte debido a la crisis económica que afectó la rentabilidad del sector y a las dificultades para acceder a equipamiento importado.
Muchos espacios destinados a este servicio quedaron desaprovechados. Sin embargo, en la actualidad, el escenario está cambiando.
Con una mayor estabilidad en el mercado y la posibilidad de obtener equipos con tiempos de entrega más predecibles, los estacioneros están volviendo a invertir en lavaderos automáticos.
Esta recuperación se ve impulsada por la creciente demanda de servicios rápidos y eficientes por parte de los automovilistas, quienes buscan alternativas que les permitan lavar sus vehículos en pocos minutos sin alterar su rutina diaria.
La combinación de una inversión inicial accesible, el creciente interés del consumidor y la mejora en las condiciones de importación de equipos hacen que este sea un momento oportuno para recuperar y potenciar esta alternativa.
RENTABILIDAD Y RECUPERACIÓN DE LA INVERSIÓN
Uno de los factores clave que hacen de los lavaderos una inversión atractiva es el rápido retorno del capital. Según Juan Enrique, administrador de Emona SRL, el precio de un lavado hoy oscila entre los 12.000 y 18.000 pesos (aproximadamente entre 10 y 15 dólares), permitiendo recuperar la inversión en plazos más cortos que en décadas anteriores.
“En la mejor época del equipamiento de lavado, el recupero era con un lavado de 3 dólares”, explica en diálogo con surtidores.com.ar, lo que indica una mejora sustancial en la rentabilidad del negocio.
La inversión inicial en estos sistemas varía entre 70.000 y 110.000 dólares, dependiendo de la tecnología del equipo y su capacidad operativa. Con una demanda estimada de entre 800 y 1.200 lavados mensuales, los empresarios pueden alcanzar el punto de equilibrio y comenzar a recuperar su capital en un período relativamente corto.
MAYOR DEMANDA DE SERVICIOS
La necesidad de soluciones rápidas y eficientes por parte del consumidor es otro de los factores que impulsan la rentabilidad del negocio. Los lavaderos manuales exigen que los clientes dejen su vehículo durante varias horas, mientras que los sistemas automáticos permiten completar un lavado en apenas 5 o 6 minutos. Esto reduce tiempos de espera y mejora la experiencia del usuario.
Para instalar un lavadero en una Estación de Servicio, se requiere un espacio mínimo de 5 metros de ancho por 10 metros de largo, permitiendo la correcta circulación de los vehículos.
Una de las ventajas clave es que muchas estaciones cuentan con superficies inutilizadas, como antiguos lubricentros, que pueden adaptarse.
Además de ofrecer un servicio de lavado rápido y eficiente, la implementación de estos sistemas puede generar una retroalimentación positiva con el consumo en surtidores y tiendas de conveniencia, ya que los clientes pueden aprovechar su tiempo para realizar otras compras dentro de la estación.
En cuanto a la operación, si bien los equipos pueden funcionar de manera autónoma, contar con una persona a cargo mejora la experiencia del usuario, ya que permite supervisar el ingreso de los vehículos y evitar inconvenientes con autos que no cumplen las condiciones adecuadas. Esto no solo optimiza el uso del equipo, sino que también fomenta una mayor fidelización y aprovechamiento del negocio.
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