Hace algunos años atrás, era usual ver filas interminables de autos esperando cargar frente a las estaciones de servicio que expendían GNC mientras que la actividad era mucho más templada en las de líquidos. Hoy el escenario es exactamente al revés, las que venden naftas no dan abasto y la calma reina en las de gas.

El motivo para este cambio de escenario tiene su explicación en la relación entre la cantidad de autos que funcionan con este combustible y las bocas de carga existentes en nuestro país. De acuerdo a un informe dado a conocer recientemente por el Enargas, hay 1.890 puntos de venta de gas natural comprimido para abastecer un parque automotor de 1.460.000 vehículos, ecuación que da como resultado 772 por cada establecimiento.

El documento, que toma como referencia la situación al mes de julio de 2011, señala además que de esa cantidad, 1.386.000 son autos particulares, 46.190 son livianos, 27.000 taxis, 854 oficiales y 1250 otro tipo de rodados.  

Si se compara con el 2005, ese año a cada surtidor le correspondían 985 rodados., en tanto que en el 2003 la relación era de 1.049 estaciones para 1.188.000 autos (1.132 a/bc).    

Mendoza es actualmente la provincia que cuenta con más vehículos por cada punto de venta: 931. Le siguen, Santa Fe, 884; Buenos Aires, 762; Córdoba, 807 y Capital Federal, 589.   

Actualmente el parque automotor argentino está compuesto por casi 9,4 millones de autos, camionetas, colectivos y camiones que circulan por todo el país. A fines de 2004, había 6,3 millones de vehículos en condiciones de salir a la calle; ahora hay un 50 por ciento más, a diferencia de las estaciones de servicio que, -por un contexto de crisis- involucionaron a contramano de crecimiento vehicular explicando en parte las colas frente a los surtidores.