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Los expertos en energía analizan el tema en un contexto en que el crudo permanece divorciado de las referencias internacionales y en el que la inflación no presenta perspectivas claras para lo que resta del año. La situación de las refinerías y la creciente importación de petróleo.
Juan José Aranguren, el Ministro de Energía, consideró días atrás que la nafta aún permanece “barata”, en función de las condiciones actuales que presenta el mercado local. Con esta expresión, el funcionario deja entrever que en los próximos tiempos habrá un nuevo incremento, seguramente durante abril, tal como se comprometió ante petroleras en diciembre cuando acordaba nuevos valores a partir de la devaluación de la moneda. El último, en enero, fue del 6 por ciento, pero esta vez se espera que sea menor.
Por su parte, Eduardo Barreiro, especialista en la materia, diferencia entre el costo que tiene el combustible para el bolsillo, que se presenta oneroso, respecto del de otros países de la región. “La nafta cuesta un dólar por litro; es menos que en Uruguay, Paraguay y Chile; en relación a otros países es barata”. Sobre todo considerando que el refinador paga el crudo mucho más caro que el valor internacional.
¿Significa que continuará en alza? De cara al futuro, sostiene que “los precios van a seguir a la inflación”, que de acuerdo a la estimación del Gobierno Nacional rondará el 25 por ciento, pero para las consultoras privadas y para el índice que elaboran legisladores del Congreso y la Confederación General del Trabajo, será superior, bastante por encima del 30 por ciento.
Por otra parte, se esperan actualizaciones para compensar los márgenes de las destilerías, que están pagando el crudo del tipo medanito a 67 dólares por barril y a 57 el Escalante, más del doble de lo que marcan las referencias internacionales como Londres y Nueva York.
Por este motivo, el Gobierno permitió la importación de petróleo a 30 dólares el barril, en una medida que para Barreiro resultó positiva. “No va a afectar la producción de hidrocarburos. Sigue cayendo, aún con estos precios subsidiados, porque la explotación del no convencional no es demasiado rentable en la mayoría de los pozos y los yacimientos en operación son viejos, con más de 30 años de antigüedad”.
En su opinión, es momento de avanzar sobre las cuencas que aún no fueron explotadas. “Se está explorando la cuenca neuquina, algunos areas por parte de YPF, pero YPF solo no puede, la inversión es poca y no alcanza; Y para sostener la extracción en los yacimientos convencionales hay que hacer recuperación asistida, pero los costos son similares al shale”, explicó.
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