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La compañía ha implementado procesos avanzados de hidrogenación y certificación internacional que optimizan la eficiencia, reducen el contenido de azufre y minimizan las emisiones contaminantes en vehículos modernos y antiguos.
La calidad de los combustibles en Argentina ha experimentado importantes cambios a lo largo del tiempo, impulsados por la evolución de las normativas ambientales, el desarrollo tecnológico de los vehículos y las inversiones en la industria del refino.
Carlos Luque, Technical Service & OEMs Manager de YPF, destacó que la descarbonización y los avances en la electrónica de los vehículos han sido factores clave para la mejora de los combustibles.
Antes, los combustibles solo se enfocaban en generar energía calórica, pero hoy en día tienen funciones más complejas, como generar una mejor combustión con menos producto, mantener limpio el sistema de inyectores y reducir las emisiones de gases nocivos para el ambiente.
Según Luque, “el combustible tiene que estar a la altura” de los nuevos motores más pequeños y eficientes que requieren mayor precisión para maximizar su rendimiento y minimizar el consumo.
Una de las transformaciones más significativas ha sido la incorporación de tecnologías más limpias, como los catalizadores y los sistemas de post-tratamiento de gases, lo que ha permitido reducir drásticamente la contaminación.
“Por ejemplo, un camión de los años 90 contaminaba lo mismo que 35 camiones modernos, lo que evidencia la mejora en los estándares de calidad de los combustibles”, explicó el referente de YPF.
La compañía ha realizado importantes inversiones en sus refinerías para adaptarse a las nuevas exigencias ambientales. Una de ellas ha sido la implementación de unidades de hidrogenación que permiten reducir el contenido de azufre en los combustibles.
Asimismo, la calidad de los combustibles de YPF está respaldada por rigurosos procesos de certificación, que aseguran su desempeño óptimo en todo tipo de vehículos, desde modelos antiguos hasta los más modernos y tecnológicamente avanzados.
Estos son diseñados para cumplir con normativas internacionales y estándares establecidos por la industria automotriz, lo que garantiza su compatibilidad con los autos actuales.
Un factor clave en la calidad de los combustibles de YPF es la certificación Top Tier, un estándar internacional otorgado por los mayores fabricantes de automóviles en Estados Unidos.
Este reconocimiento no solo certifica que cumplan con las normas legales, sino que también exige que mantengan limpios los motores y cuiden los sistemas de post-tratamiento, como los catalizadores.
En cuanto a los controles internos, YPF cuenta con una red de 14 laboratorios distribuidos por el país y nueve más dedicados al desarrollo y asistencia técnica, los cuales se encargan de auditar constantemente la calidad del combustible, tanto en las refinerías como en las terminales de despacho y las Estaciones de Servicio.
Luque detalló que “el sistema de calidad como el que tiene YPF es súper exigente”, y añadió que cada etapa por la que pasa el combustible, desde la refinería, los camiones que transportan el producto hasta llegar a los surtidores, emite un certificado de calidad.
Además, se realizan auditorías sorpresa en sus Estaciones de Servicio, lo que garantiza que la calidad del combustible sea idéntica en los más de 1.600 puntos de venta del país.
Este monitoreo exhaustivo es una parte integral del compromiso de la empresa por mantener los más altos estándares de calidad en cada etapa del proceso.
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