Las declaraciones del Senador Manini Ríos del martes en Twitter –consignadas en la columna de ayer de Surtidores- movieron el tablero del negocio de los combustibles,  con un nuevo enfoque sobre el elevado precio de los mismos en Uruguay.

El tema, colocado por Manini en la opinión pública,  se centró ahora en la fuerte carga fiscal que pesa sobre estos, como principal causa del alto costo, que los ubica entre los más caros del mundo.

También a través de esta red social, hubo un cruce de opiniones al respecto del asunto, entre el Presidente de la Unión de Vendedores de Nafta del Uruguay Daniel Añón y el Economista Javier de Haedo, quien ocupara cargos de relevancia durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle (1991-1995) en el área económica, hoy vinculado al Partido de la Gente.

IRRESPONSABLE

De Haedo había publicado en Twiter que plantear la reducción de impuestos con la actual situación fiscal “es irresponsable”. Dijo que hay que esmerarse más “y buscar otras causas de los precios elevados”, al tiempo que aseguró que reduciendo los costos de distribución y comercialización y eliminando los subsidios que se pagan con el precio, “también pueden bajar los impuestos”.

En referencia al tema de marras el dirigente del Partido de la Gente sentenció en Twitter “parece ser un cisne negro bastante más grande de lo que parecía”

“ESTÁ MUY EQUIVOCADO”

Por su parte el presidente de UNVENU Daniel Añón, no demoró en responderle a través de esta red a De Haedo “Lamento decirle que está muy equivocado con el margen de distribución de los combustibles. En 2017 se nos redujo en un 10 por ciento nuestro margen sobre el total, lo que representó una quita del 50 por ciento de nuestra utilidad líquida. Pasados tres años estamos peor ya que a esa quita se le agregó un socio” dijo Añón en referencia a los emisores de tarjetas de crédito y débito, un “socio” que según dijo en más de la mitad de las estaciones “sus ganancias son mayores a las de la propia estación”.

UN SUELDO MÁS

Dividiendo los rubros, señaló que el 50 por ciento de los ingresos brutos de la estación se va en pago de salarios y aportes al BPS  “y si a esto le sumamos aranceles, UTE, impuestos, gastos de intendencia, LATU, etc. lo que le queda a un empresario que invierte en su estación montos millonarios es un sueldo más”, lamentó.

En otra parte, el directivo de la gremial de los estacioneros, quien ya se ha manifestado en varias oportunidades a favor del subsidio del boleto capitalino, pero aplicado de otra forma o afectando otras vías de recaudación, se refirió a que no cree oportuno que este deba subsidiarse a través del fideicomiso al Gas Oil. Aseguró en Twitter que “debería ser eliminado de su precio, para llegar a un competitivo rango de U$S 0.93”.