Crece en estaciones de servicio la aceptación de tarjetas corporativas

Desde hace un tiempo  las estaciones de servicio intentan evitar al uso de tarjetas de crédito. Los motivos son más que evidentes: los bancos depositan el dinero en la cuenta corriente 28 días después de realizarse el consumo, gestión que devenga un costo del 1.5 por ciento. Para los expendedores de combustibles esta mecánica representa un 18 por ciento del margen de ganancia.

Para suplir en parte esta operatoria, saltaron al mercado algunas opciones alternativas mucho más convenientes a la economía del estacionero. Se trata de tarjetas corporativas de flota, un mecanismo similar al de los plásticos pero más ventajosas en los plazos de acreditación y con menos gastos.

Si bien existen varias alternativas, hay dos que se imponen sobre el resto: Ticket Car y Movil Pass.  Se destacan por brindar practicidad, agilidad y celeridad,  además de permitir realizar un control efectivo sobre los gastos de los vehículos de la empresa optimizando  la gestión operativa y administrativa.

Su principal virtud para el usuario es que evita el riesgo de usar dinero en efectivo, comprobantes o vales a rendir. Asimismo agiliza el tiempo de carga en la estación de servicio.

El expendedor en tanto, se beneficia contando con el dinero a los cinco días de realizada la transacción y el costo administrativo también es mucho menor al de las tarjetas de crédito.  Su utilización a través de una terminal electrónica del tipo Posnet evita inconvenientes con el fisco.

Este instrumento, si bien resulta limitado por ser exclusivo de empresas que cuentan con una importante flota de vehículos, resulta muy útil a los fines de brindar un mecanismo de financiación que otras herramientas no provén. La consigna es brindar un buen servicio para fidelizar a sus usuarios.