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El impacto del nuevo esquema cambiario sumado a la volatilidad del barril de petróleo, son para los expertos, las claves para entender la dinámica que pueden adquirir los valores de los combustibles.
Con un ojo puesto en los surtidores y el otro en la pantalla de Bloomberg, las petroleras argentinas ingresan a una zona de espera estratégica. El reciente cambio en la política cambiaria del Gobierno nacional, que impone un sistema de bandas para sostener la moneda norteamericana entre los 1.000 y 1.400 pesos, tras la aprobación del desembolso de 20 mil millones de dólares por parte del Fondo Monetario, dejó al mercado de los combustibles expectante ante los días que se avecinan.
En ese contexto, el exsubsecretario de Hidrocarburos Cristian Folgar, brindó un diagnóstico detallado a surtidores.com.ar sobre el delicado equilibrio que enfrenta hoy la industria: “Hay dos variables que se están moviendo en sentido opuesto”, sintetizó.

Por un lado, el precio internacional del petróleo muestra una tendencia bajista, impulsado por factores geopolíticos y económicos globales, especialmente la persistente inestabilidad generada por la guerra comercial que, según el experto energético, “inició Trump y aún condiciona al mercado”. Agregó que en las últimas semanas, se han visto “marchas y contramarchas” que reflejan la incertidumbre de los operadores internacionales.
En contrapartida, el tipo de cambio oficial local –el que utilizan los productores para venderle crudo a los refinadores– aumentó entre un 10 por ciento y 12 por ciento tras la implementación del nuevo régimen de flotación administrada. Esa suba podría empujar los precios al alza.
“Mientras la caída del crudo tira para abajo, el tipo de cambio impulsa una suba. Es una foto muy volátil. Hoy la baja del crudo parece pesar más que la escalada del dólar, pero la situación puede cambiar de un momento a otro”, advirtió Folgar.
Sobre el futuro inmediato, el exfuncionario fue cauto pero optimista: “Este trimestre luce tranquilo, salvo ocurra una mala praxis del Gobierno”, al tiempo que se mostró confiado en que no habrá un escenario de descontrol financiero. “No le conviene al oficialismo y tiene herramientas para sostener al dólar dentro de las bandas fijadas, al menos en el corto plazo”, admitió.
Ante esta combinación, la recomendación de Folgar fue clara: esperar. “Imagino que YPF y el resto de las petroleras van a mirar cómo se acomodan el crudo y el dólar, y luego sí harán los ajustes necesarios en el precio del surtidor. No sería prudente moverse antes de que las variables muestren alguna señal de estabilización”, sentenció.
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