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Un reciente informe de la consultora Montamat & Asociados señaló que la baja del Brent y la incipiente estabilidad del dólar luego del triunfo oficialista, contribuirán a contener los valores de los combustibles.
La nueva correlación de fuerzas en el Congreso de la Nación y las expectativas de reformas estructurales, ponen a la economía Argentina en camino hacia una etapa de mayor previsibilidad y con ello, las Estaciones de Servicio esperan mejores resultados.
En ese marco de situación, la novedad que presentó el Informe de Precios de la Energía de octubre elaborado por Montamat & Asociados está íntimamente ligada a los vaivenes de la macroeconomía argentina y a la reciente reconfiguración política del país.
En diálogo con Surtidores, Daniel Montamat señaló que “la volatilidad del tipo de cambio que se registró en los últimos meses, sobre todo después del fenómeno político del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires, debería haber generado una fuerte variación en los precios de los combustibles”. Sin embargo, explicó, no se produjo porque “el acompañamiento del mercado internacional, donde el precio del crudo de referencia se movió a la baja, funcionó como un amortiguador natural frente a las presiones locales”.
En efecto, el Brent cayó hasta los 64 dólares el barril, y los precios futuros para 2026 rondan los 55 dólares, una merma que alivió los costos internos. “Esa baja internacional fue determinante para que en la Argentina no hubiera demasiadas variaciones en los surtidores”, explicó el exsecretario de Energía, resaltando que “sin ese descenso, los precios domésticos habrían tenido que ajustarse mucho más en función de la volatilidad cambiaria”.

La incidencia directa sobre las Estaciones de Servicio fue clara: los precios en surtidor subieron en promedio 5 por ciento en nafta súper y 4 por ciento en gasoil, cifras moderadas frente al contexto de tensión financiera que atravesaba el país. “Si se compara con la magnitud de la devaluación, esos aumentos fueron prudentes y reflejan un mercado que empieza a estabilizarse”, indicó quien fuera también presidente de YPF.
A su vez, el sondeo mostró que las paridades de importación volvieron a alinearse con los precios internos, lo que mejora la previsibilidad para el negocio minorista. En octubre, la nafta súper se ubicó apenas 2 por ciento por encima de su paridad internacional, mientras que el gasoil grado 2 quedó 4 por ciento por debajo, señal de una convergencia que reduce los márgenes de distorsión y favorece la transparencia en la formación de precios.
“La estabilidad que promete el nuevo escenario político permitirá un funcionamiento más previsible del mercado, donde las reglas estén claras tanto para refinadores como para operadores de venta al público”, agregó Montamat.
El economista también destacó que el gobierno postergó el aumento del impuesto a los combustibles líquidos y al CO₂ mediante el Decreto 699/2025, decisión que ayudó a evitar un salto en los precios de surtidor en plena campaña electoral. “No obstante, si la estabilidad se consolida, los ajustes deberán responder a la realidad del mercado y no a los tiempos políticos”, aclaró.

En el segmento del gas natural, el informe registra una caída del 15 por ciento en la producción, tras el pico de invierno, con precios promedios de 3,9 dólares por millón de BTU. Para Montamat, “la oferta de gas volverá a ser estratégica, sobre todo por su vínculo con el GNC en el transporte y su potencial para diversificar la matriz energética de las Estaciones de Servicio”.
Finalmente el entrevistado comentó: “con estabilidad macro y cambiaria, la atención de los operadores de estaciones deberá estar puesta en las referencias internacionales y no en las incertidumbres locales; es un cambio de época que puede devolverle al mercado de combustibles la racionalidad que perdió en los últimos años”.
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