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Dentro de las acciones de Responsabilidad Social Empresaria que encara la Asociación Mendocina de Expendedores de Naftas y Afines, se está desarrollando un Programa de “Empresas Saludables”, con diversas líneas de atención entre las cuales se destaca la asistencia en salud mental integral.
La entidad representativa de las Estaciones de Servicio de Mendoza viene llevando a cabo un proyecto integral desde el 2013, para acompañar a los expendedores y los empleados, en el cual se incluye el desarrollo del Área de Empresas Saludables, donde también se brinda capacitación permanente en Seguridad e Higiene, Prevención de las Adicciones y programación neurolingüística entre otros temas.
Pero una de las patas más fortalecidas de esta iniciativa pasa por una profundización de la atención médica, psicológica, psiquiátrica y psicopedagógica, al personal y sus familias, en casos donde la Obra Social no da abasto para brindarles el ciento por ciento del tratamiento a los pacientes.
“El objetivo de esta iniciativa se extiende además a los aspectos relacionados con la orientación familiar y servicios de maestra particular para apuntalar el nivel educativo de los hijos de los empleados y también de ellos mismos y sus familias”, recalcó la Coordinadora de AMENA, María Eugenia Pozzoli.
Agregó que el plan se extiende a todos los trabajadores tanto de las expendedoras de combustibles, como de las playas de estacionamientos y garajes de la Provincia de Mendoza, especialmente cuando la cobertura de la Obra Social sindical no llega a cubrir la totalidad de las necesidades de los beneficiarios.
Pozzoli detalló que se implementó desde la institución empresaria una operatoria para que el interesado en ser atendido o en recibir la asistencia educativa o familiar, únicamente deba abonar un coseguro de $100 y el resto del valor de la consulta que ronda los $1000, lo asume la Cámara.
Informó que para acceder a este beneficio, el empleado debe acudir personalmente a la Sede de la Asociación y solicitar la cartilla de profesionales que están disponibles, para sacar el turno respectivo.
Aseguró finalmente que la idea surge como una opción ante la crisis social que está atravesando mucha gente y como una forma de cuidar al personal y su entorno, que en la gran mayoría de los casos forman lazos de afecto dentro del ámbito laboral.
Pozzoli concluyó que la asistencia no termina en la consulta propiamente dicha, sino que cada profesional realiza un seguimiento personalizado de los casos y en ocasión de que el problema revista una gravedad tal que supere la capacidad del programa, se deriva a instancias de salud superiores.
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