El Gas
Natural Comprimido se ha impuesto de tal manera que hay una estación de servicio
en cada rincón del país. En todo el territorio nacional funcionan 1873 bocas de
expendio, y a diferencia de lo que ocurre con los combustibles líquidos que
deben atender un promedio de 2.200 autos cada una, en los puntos de carga de gas
la cantidad de vehículos se reduce a la mitad.
La
provincia de Buenos Aires y Capital Federal concentran el 53 por ciento del
total de estaciones de servicio de GNC. Si a esta suma se agregan las bocas de
Santa Fe, Entre Ríos, Mendoza y Córdoba, el número asciende al 82 por ciento.
Desde otro punto de vista, en las restantes 18 provincias hay nada más que el 18
por ciento de la oferta total del combustible.
En
Córdoba se produce un hecho particular como no sucede en ningún otro lugar del
país. El metro cúbico de GNC se consigue a la mitad de precio que en otras zonas
-hasta $0,75- y por esta razón el
consumo de este combustible es cada vez mayor. El fenómeno potenció la apertura
de estaciones de servicio al punto que supera largamente la media nacional
debido a la necesidad de incrementar la oferta.
En las
provincias del Noreste no hay puntos de carga de GNC debido a la ausencia de
gasoductos. Pese a que el reclamo del sector se produce desde muchísimos años,
cada vez que se indaga sobre el avance de las obras de infraestructura, las
novedades son nulas y las promesas ya ni generan expectativas.
Las
ventajas económicas hacen cada vez más interesante convertir el auto al GNC.
Aunque todavía hay miedos populares acerca de los problemas mecánicos que puede
ocasionar la instalación de estos sistemas de inyección, la publicidad y los
avances tecnológicos desmitificarán los perjuicios de su utilización.
En los
últimos años los traspasos aumentaron considerablemente, superando los 100.000
automóviles durante 2010. Analizando estadísticas y datos de la realidad, se
puede pensar además de un buen año, que se está en presencia de una verdadera
tendencia.
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