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La elección entre aluminio compuesto y chapa galvanizada exige comparar costos reales, exigencias de marca, espesor, fijaciones y tolerancia climática. ¿Qué parámetros técnicos anticipan una obra segura, durable y bien ejecutada?
Renovar o construir el alero de una Estación de Servicio hoy implica mucho más que “cambiar el cielorraso”. Detrás de cada decisión hay manuales de marca exigentes, costos dolarizados, plazos ajustados y la necesidad de que la inversión resista años de uso, clima y tormentas sin generar sorpresas.
Los cielorrasos metálicos de chapa galvanizada son la alternativa más usada y económica frente al aluminio compuesto que están implementando los nuevos manuales de marca. Por esta razón, empresas proveedoras buscan alternativas que puedan equilibrar los intereses entre operadores y petroleras.
Desde hace décadas, el titular de Plactum, Jorge Degano, acompaña obras de imagen en distintas banderas y resume el punto de partida de la discusión en una variable que al estacionero le duele directamente en la caja: el costo por metro cuadrado instalado.

En lugar de una bandeja de aluminio compuesto importado, el fabricante propone un panel de un ancho de 548 mm, de chapa galvanizada calibre 22 (aprox. 0,7 mm de espesor) en color gris silver, con medidas que pueden llegar hasta 2,10 o 2,20 metros de largo, según el alero de cada estación.
El resultado busca replicar la estética exigida, cuidando el bolsillo. “La diferencia de precio se acerca al doble de la nueva materialidad”, asegura el referente en diálogo con Surtidores.
¿Qué debe mirar el estacionero antes de encargar el cielorraso? El primer punto es entender que cada alero es distinto. No existe una “medida estándar” que aplique a todas las Estaciones de Servicio.
Degano explica que se parte de las dimensiones que envía el operador, se cotiza el proyecto, se acopia el material a precio del día y se define si la instalación la realiza la propia empresa o un equipo idóneo contratado por el estacionero.
En muchas estaciones de YPF los operadores privados han logrado acordar alternativas metálicas que respetan la estética general, aun cuando el manual original priorice aluminio compuesto en estaciones nuevas. El punto es validar siempre con la bandera antes de avanzar.
Las formas de pago del producto consisten en el desembolso inicial para congelar el valor de la chapa —cotizada al tipo de cambio vendedor del Banco Nación— y luego se avanza con pagos por avance de obra.
En caso de contratar solo la provisión del material, el pago se concreta al momento de la fabricación. Para proyectos con instalación incluida, suele dejarse un saldo final como garantía, abonado al momento de la entrega o finalización del montaje.
Para el estacionero que está evaluando renovar su alero o encarar una obra nueva, Degano recomienda realizar un plan concreto: proyectar volúmenes, entender los parámetros de su bandera, pedir al menos dos o tres comparativos de materiales y exigir a los proveedores detalles sobre espesores, fijaciones, garantías y plazos reales de entrega e instalación.

NOVEDADES PARA 2026
Durante 2025 se observó un despegue significativo de obras nuevas en provincias como Córdoba, Tucumán, Salta y distintos corredores del interior, tal como lo menciona el titular de Plactum, y confía en que es una tendencia que continuará el año próximo.
Asimismo, a este movimiento se suma algo que empieza a ganar espacio en obras vinculadas al sector: la construcción en seco, una metodología basada en estructuras metálicas y cerramientos livianos que reemplazan a la obra húmeda tradicional.
Esta técnica permite reducir tiempos de montaje, minimizar desperdicios y optimizar la ejecución en estaciones con altos requerimientos operativos. Plactum ya la incorpora en proyectos puntuales, aplicándola en locales comerciales, divisiones internas y estructuras complementarias donde el steel framing ofrece una solución precisa, rápida y resistente para acompañar ampliaciones o desarrollos nuevos dentro del predio.
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