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Mientras el mundo enfrenta una creciente incertidumbre financiera, con guerras comerciales latentes y una tenue recuperación de los precios del petróleo, la situación local se debate entre factores internos que podrían tener un impacto directo sobre los surtidores.
Luego de la liberación de las barreras cambiarias y que el valor de la moneda norteamericana alcanzara los 1250 pesos, en un marco mundial donde el precio del barril de crudo comenzó un declive, los especialistas del sector hidrocarburífero temen que haya sobresaltos en los surtidores, que lejos de ser una fuente de alivio para el bolsillo, corren el riesgo de transformarse en un nuevo foco de conflicto económico.
Aquellos expertos que están más cerca de la postura contraria a la liberalización total del mercado, aluden que a la falta de un plan estratégico anticíclico se suma ahora la suba del tipo de cambio, que deja a las Estaciones de Servicio en una posición crítica.

Así lo advirtió a surtidores.com.ar el exsecretario de Energía de Tierra del Fuego, Moisés Solorza, quien alertó sobre el riesgo de aumentos abruptos en los surtidores que podrían agravar aún más la recesión que ya atraviesa el sector.
En un escenario marcado por una economía dolarizada en lo que respecta a las naftas, el exfuncionario explicó que, pese a que el valor internacional del crudo se ubica por debajo de los 68 dólares por barril, la tendencia local podría ser exactamente la inversa. “En lugar de bajar, el combustible puede subir, porque todo está librado al mercado”, sostuvo.
La razón principal es la combinación del encarecimiento interno producto de la inflación y la creciente presión sobre el dólar. Al respecto, Solorza dio a entender su postura por la cual, la Argentina se encuentra en una situación de extrema vulnerabilidad: “No solo porque ha dolarizado prácticamente toda su estructura de precios en energía y combustibles, sino porque no tiene herramientas para contrarrestar los efectos de una economía global en tensión”.
Según su visión, la falta de reacción del Gobierno frente a estas variables solo profundiza la fragilidad del sistema. “Mientras el mundo se protege, eleva aranceles y regula su economía, puertas adentro se sigue desregulando”, sentenció.
En este contexto, adujo que las Estaciones de Servicio vuelven a quedar atrapadas en un escenario marcado por la caída del consumo, aumento de costos operativos y precios en alza. “Una suba repentina en los combustibles en medio de este clima recesivo sería letal para muchas bocas de expendio que hoy apenas sobreviven”, aseguró el entrevistado.

La preocupación también fue compartida por el extitular de la Secretaría de Energía de la Nación, Raúl Olocco, quien en diálogo con este medio, se refirió a la combinación entre la caída del precio internacional del Brent y el sostenimiento de valores internos que ya resultan desfasados. “El petróleo argentino sigue siendo muy caro en relación al resto del mundo”, explicó.
Para el exfuncionario, el problema de fondo es que el país nunca generó una política que atenúe las consecuencias de los movimientos internacionales sobre el precio de los combustibles en el mercado interno. “La lógica de la oferta y la demanda debería llevar a una baja de precios, pero la distorsión cambiaria y la dolarización de los costos hacen que eso no ocurra. El resultado es un cóctel peligroso para el consumo y para la actividad económica”, señaló.
Ambos especialistas concluyeron en que en este panorama, la corrección del tipo de cambio oficial, se trasladará directamente a los precios de los combustibles, impactando no solo en la rentabilidad de las estaciones, sino también en la economía de millones de argentinos.
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