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Los despachos de la variedad más tradicional de este combustible, aquel dedicado a los camiones y la actividad industrial, sufrieron un riguroso descenso en los últimos tres años impactando en la rentabilidad de las estaciones de servicio que se dedican casi exclusivamente a este segmento
En los últimos años el mercado local de los combustibles experimentó un profundo cambio. Es que de la mano de las nuevas tecnologías, los motores demandan productos más sofisticados, descartando aquellos cuyas características no se condicen con estos requerimientos.
Uno de los productos más afectados por esta renovación fue el gasoil. Hasta 2008 la exclusividad estaba en manos del Grado 2, cuyo contenido de azufre máximo es de 1500 ppm, variedad que se mantiene hasta el presente. Sin embargo a partir de ese año irrumpió el Euro Diesel, de 50 partes por millón, destinado al segmento de vehículos de última generación que están equipados con sistemas de avanzada en postratamiento de gases de emisión.
En sintonía con las nuevas normativas de la Secretaría de Energía a favor de contribuir aun más al auxilio del medioambiente, en 2012 se lanzó el D-500, con una formulación de menor contenido de azufre, lo cual impacta positivamente en la cantidad de partículas emitidas por los vehículos que combustionan este gasoil.
Estas modificaciones provocaron la lógica retracción del consumo del diesel tradicional, aquel dedicado a los camiones y la actividad industrial impactando en la rentabilidad de las estaciones de servicio que se dedican casi exclusivamente a este segmento. Así lo demuestran las estadísticas oficiales que dan cuenta que en los últimos tres años los despachos de este tipo de hidrocarburo retrocedieron 12 por ciento.
En efecto, según datos de la Secretaría de Energía, en enero de 2011 la demanda en los surtidores alcanzó los 632 millones de litros en tanto que el mismo mes pero del año en curso la cifra cayó a 557. Por el contrario, si se analiza el comportamiento de la especie de máxima calidad se advierte un exponencial crecimiento del 48 por ciento comparando ambos períodos.
Tal retracción provocó un hecho inusual en la historia contemporánea de las estaciones de servicio: por primera vez el expendio de nafta supera a los de gasoil y de acuerdo a las proyecciones del parque automotor todo indica que la tendencia seguirá en este rumbo por varios años obligando a modificar la estructura actual de las estaciones de servicio.
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