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En principio, la propuesta que impulsa el Poder Ejecutivo ubicaría al combustible de origen vegetal en condiciones de competir con el gasoil importado, exento de impuestos internos, lo que beneficiaría en un primer momento a las empresas grandes, tanto integradas como no integradas, listas para comercializar el excedente de producción a las usinas eléctricas
Hasta tanto nuestro país no pueda exportar biodiesel a España e Italia, por las restricciones que aplicó la Unión Europea, la idea de Cristina Fernández de Kirchner es que parte de ese volumen sea destinado para la generación de energía eléctrica. Con ese objetivo anunció que en los próximos días enviará un proyecto de ley para eliminar dos tributos que lo recargan en un 41 por ciento y hacen imposible su colocación en ese mercado.
Juan Facciano, Directivo de la Cámara de Empresas Pyme Regionales Elaboradoras de Biocombustible (CEPREB) explica que “este proyecto de ley sería temporario”, es decir, que “estaría vigente hasta que se reanuden los embarques a Europa”.
Por lo poco que se sabe, el empresario Pyme analiza que “es una medida que beneficia a la industria” en su totalidad, aunque aclara que en primera instancia permitirá a las compañías grandes ubicar el stock, aquellas que producen más de 100.000 toneladas al año. Incluye en el paquete a las que elaboran el aceite de soja, el principal insumo, y a las no integradas.
Por el momento, las pequeñas compañías están trabajando al límite gracias a que la Secretaría de Energía les otorga cupos para garantizar el corte con gasoil para uso automotor en un 10 por ciento conforme al máximo de las posibilidades de producción. Más adelante, este segmento podría incursionar en el negocio, no descarta el empresario.
La generación de energía eléctrica es un canal mayorista que se abre a partir de la nivelación impositiva con el gasoil traído del exterior. Este último está exento de gravámenes internos de acuerdo a la Ley de Presupuesto. De concretarse el proyecto que impulsó la Jefa de Estado, Facciano confía en que podrá reactivarse el complejo aceitero instalado en Santa Fe, actualmente operando a un 40 por ciento de la capacidad instalada.
De acuerdo a datos de la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO) las exportaciones cayeron de 1,7 millón de toneladas en 2011 a 1,1 millón en 2013, lo que implicó un desplome del 32 por ciento. Para este período las perspectivas son aún peores: se espera un descenso del 40 por ciento respecto del año anterior.
Es un reclamo que vienen efectuando los industriales desde la expropiación de las acciones de Repsol, medida que motivó el bloqueo a los productos de origen nacional.

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