Asociaciones de consumidores reclaman por mantenimiento de la brecha entre la nafta y el GNC

La discusión pública que provocaron las versiones sobre el posible aumento gradual del precio del Gas Natural Comprimido, a pesar de la aclaración del Ministro de Energía y Minería Juan José Aranguren a último momento del pasado viernes, continuó viva en la cabeza de aquellos que utilizan el GNC como sustento de vida.

Es así que tanto taxistas como automovilistas y fleteros, acercaron sus inquietudes a las entidades defensoras del consumidor y en el caso de ADECUA, se mostró en alerta por la posibilidad de un nuevo “golpe al bolsillo” que afectará de acuerdo a los dichos de su titular, Osvaldo Riopedre, “tanto a estacioneros, como fabricantes de equipos y en especial, a taxis, fleteros y remises”.

En ese sentido, el abogado especialista en defensa de consumidores, advirtió que “el negocio del GNC está en peligro y es mucha la inversión de todas las parte de la actividad, por lo cual, es preciso tener en cuenta a los pequeños trabajadores que aún no pudieron terminar de amortizar la compra de los tubos de gas para sus autos, taxis o camionetas, con el fruto de su trabajo”.

Agregó Riopedre que “el caso del GNC hay que tomarlo con cuidado, porque al asimilarlo al precio de las naftas, puede repercutir negativamente en la industria como en los consumidores que lo utilizan para trabajar, si se da esta situación, el flete será más caro y repercutirá en los precios de consumo masivo”.

Expresó que es un alivio que Aranguren haya anunciado que finalmente no habrá una equiparación de precios, ya que a su entender,  “destruir a la industria del GNC, provocará la destrucción de miles de puestos de trabajo directos e indirectos y se afectará los bolsillos de la gente”.

GASOIL: CRÍTICA A LOS FORMADORES DE PRECIOS

Por otra parte, se refirió a la rebaja del gasoil anunciada por el gobierno, y consideró que “no hay una repercusión en los precios finales de los productos de primera necesidad ni en el costo de los transportes de mercadería”.

Aseveró que “como suele pasar en la Argentina, cada vez que sube el costo de un insumo, automáticamente los consumidores sufren su traslado a los precios y como suelen hacerlo también cuando baja el dólar, los formadores implementan el mismo modus operandi de aprovechar el descenso del gasoil pero continuando con el alza de los alimentos para ganar más dinero”.