Dos escenarios posibles
Desde el mercado energético estiman que la política de ajuste progresivo del tipo de cambio podría moderar las actualizaciones en el surtidor.
Desde que Argentina opera bajo un esquema de precios energéticos internacionalizados, las definiciones del Gobierno en política cambiaria se transformaron en determinantes para establecer el impacto final en el bolsillo de los consumidores y la competitividad de las Estaciones de Servicio.
Actualmente, mientras el panorama cambiario expone un dólar paralelo cotizando a $1.215 y un oficial a $1.056, esta brecha del 12 al 15 por ciento sigue condicionando las dinámicas de un sector que opera con referencia a las paridades mundiales.
El precio del gasoil en Argentina ya es el más alto de la región
De acuerdo al análisis que el exsecretario de Energía Daniel Montamat, realizó en diálogo con surtidores.com.ar, tanto el gasoil como la nafta son commodities cuyo precio responde directamente a los valores globales. “En Argentina, los precios actuales del petróleo y combustibles en el mercado oficial ya reflejan estas paridades. De hecho, en el caso de la nafta, el precio está alineado con la paridad de importación, mientras que el gasoil incluso supera la paridad de exportación. Esta situación posiciona al diesel argentino, en términos de dólar oficial, como uno de los más costosos de la región”, aseveró el experto.
Sin embargo, Montamat consideró que las decisiones políticas sobre el tipo de cambio podrían alterar este equilibrio, por lo cual se planteó dos escenarios posibles para el año en curso.
El extitular de YPF explicó que en un primer contexto donde el Gobierno decidiera liberar el cepo cambiario, se espera que el dólar oficial converja con el paralelo, alcanzando aproximadamente $1.200. “Esta situación generaría un salto inicial en los precios de los combustibles, aunque no sería significativo. Una vez establecido un mercado cambiario libre, las tarifas se ajustarán en función de las fluctuaciones del dólar, ya sea con un tipo de cambio fijo o variable”, aseguró.
Por otro lado, observó que si el cepo se mantiene, las actualizaciones mensuales de precios continuarían bajo la política de crawling peg. En este caso, los ajustes oscilarían entre el 1 por ciento y el 2 por ciento, dependiendo de si el Gobierno decide reducir la pauta devaluatoria. Además, destacó que los precios incorporarían un componente extra por la actualización pendiente del impuesto a los combustibles.
Más allá de las decisiones sobre el costo del dólar, Montamat concluyó que los precios domésticos de los combustibles seguirán siendo influenciados por las variaciones en los mercados internacionales de petróleo. Este fenómeno podría generar fluctuaciones al alza o a la baja, sumándose a los efectos de la relación peso-dólar.
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