Que Argentina es un país muy bien visto en torno a la producción de equipos de GNC, no es ninguna novedad. Sin embargo, el espectacular crecimiento de las exportaciones en este segmento, aparece como una sorpresa hasta para las mismas empresas del sector. No sólo colocan productos en América Latina y en los países del mundo en vías de desarrollo, desde hace algunos años se ha ampliado notablemente el destino de la tecnología nacional, llegando a sitios que en otros tiempos parecía imposible.

Quizás la seducción del mercado norteamericano sea la mejor noticia que puedan leer los comerciantes de la actividad. Por tratarse de un segmento altamente competitivo en términos tecnológicos, abrir los canales de exportación hacia este país implica que se ha alcanzado un nivel muy alto de calidad. En este sentido, Carlo Evi, titular de Tomasetto Achile empresa proveedora de equipos de GNC para autos, y ex presidente de la Cámara Argentina del GNC,  explicó que “se ha avanzado mucho en equipos de quinta generación”.

El desarrollo tecnológico es uno de los pilares que ha fomentado la competitividad de la industria. “Somos un laboratorio de GNC”, dijo orgulloso.

Bolivia, Venezuela, Colombia y Perú son plazas que se mantienen desde hace varios años.  Pero la atracción de Medio Oriente, Asia y ahora también Brasil, ha incrementado las ventas en gran medida. “Todas las empresas están haciendo pie en los cinco continentes”, indicó.

Argentina fue uno de los primeros países del mundo en tener una industria del GNC y desde aquí se exportan equipos de gas a más de 50 países. Además, controla casi el 30 por ciento del mercado mundial de sistemas vehiculares basados en Gas Natural Comprimido y detenta al 15,2 por ciento del total de vehículos.

Según vaticinó el empresario, las conversiones de autos podrían ser record este año, por el crecimiento sostenido que vienen manifestando. “Las perspectivas son sumamente positivas”.

En un mundo que sigue en la búsqueda de la energía del futuro, el GNC aparece como una opción superadora al uso de los combustibles líquidos, por ser menos contaminante y más económico, y porque se dispone mayor cantidad de reservas y hay esperanzas de incrementar los hallazgos en el futuro. “En poco tiempo el transporte entero deberá funcionar a gas”, se esperanzó Evi.