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La apertura de importaciones generó un mercado más competitivo, donde los lubricentros ofrecen un abanico más amplio de marcas a precios más bajos que los que las petroleras entregan a sus estaciones de bandera. Los expendedores de combustibles sienten el impacto y la caída de ventas es una tendencia a nivel nacional.
Durante años, el negocio de los lubricantes fue un complemento fundamental para las Estaciones de Servicio. Más allá de la venta de combustibles, ofrecer productos de mantenimiento automotor, como aceites y fluidos, permitía atraer a una clientela fiel y diversificar los ingresos. Las estaciones de bandera, de la mano de las grandes petroleras, contaban con líneas de lubricantes reconocidas y confiables.
Sin embargo, en los últimos tiempos este esquema empezó a transformarse. Los comercios especializados en cambio de aceite y mantenimiento rápido, comenzaron a capitalizar una nueva oportunidad: la liberalización económica facilitó el ingreso de un abanico mucho más amplio de marcas internacionales, muchas de ellas con precios significativamente más bajos que los ofrecidos por las compañías a su red de estaciones.

Hoy, para el consumidor final, la diferencia de precios es notoria. Y la variedad también. Mientras que en una Estación de Servicio tradicional las opciones suelen estar limitadas a las líneas de la petrolera con la que está asociada, en un lubricentro es posible encontrar múltiples marcas, con distintas prestaciones y rangos de valores. Además, este segmento suma promociones agresivas para captar volumen, en un contexto donde el poder adquisitivo está resentido.
Esta situación ya se refleja claramente en las cifras de ventas. Así lo confirmó Oscar Gaona, presidente de la Cámara de Estaciones de Servicio del Chaco en declaraciones a surtidores.com.ar. “En las reuniones que tenemos con las petroleras también se está viendo que hay una caída a nivel país, tal cual lo que se está hablando acá. No estaban en los niveles de crecimiento que pensaban, quedaron o estándares o planchados con lo que se había vendido en 2023, por ejemplo, 2023-2024 frente a 2024-2025 y en muchas marcas con clara curva descendente“, enfatizó.
Según el referente estacionero, “a nivel de distribuidores también nos vimos muy afectados porque hay marcas que en su momento habían subido los precios y otras que no, entonces después empezaban a retocar, a salir con promociones, para no bajar un porfolio completo, con lo cual si habíamos comprado dos meses atrás una determinada cantidad de volumen de lubricantes para estoquear, después teníamos que salir a venderlos a un valor de reposición mucho más bajo que lo que habíamos comprado originalmente“.

En este escenario, la estrategia de precios y la política comercial de las petroleras también jugaron un rol clave. “Hubo marcas que intentaron varias veces volver a subir al nivel de inflación y después tuvieron que retrotraerse, pero no reconocían si ya habíamos comprado a niveles más caros. Al final del ejercicio contable era un negocio que fue mal hecho”, lamentó Gaona.
Finalmente, resumió que los lubricentros han cambiado. “Antes se exponían tambores de las marcas tradicionales, mientras que hoy se diversificaron con otras opciones que antes no tenían preponderancia, que ingresaron al mercado a precios muy bajos”, concluyó.
Pero toda la vida fue mucho más barato comprar en un Lubricentro que en las eess.
de toda la vida fue así, y si además lo compras por mercado libre sale la mitad. en Shell me pedían $100k por el Helix Ultra 5w40 y termine comprando por $55k
Una vergüenza en mercado libre sale el mismo producto,lo que le cuesta de costo a la EESS
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