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Aunque Vaca Muerta avanza a un ritmo récord, especialistas advierten que el mercado de combustibles seguirá concentrado. La exportación es el principal destino.
Pese al impresionante desarrollo de infraestructura en Vaca Muerta y a la creciente producción de petróleo, el mercado de Estaciones de Servicio en la Argentina no verá una ola de nuevas marcas en los surtidores. Así lo advirtió con claridad el exsubsecretario de Hidrocarburos Juan José Carbajales, quien consideró que la dinámica actual del negocio limita ese tipo de expansión.
“Pese a la ampliación de la capacidad de transporte y producción, el impacto en el downstream es limitado: los productos excedentes fueron absorbidos mayormente por la exportación, mientras que las Estaciones de Servicio quedaron en un mercado de márgenes acotados, con competencia intensa y poco espacio para nuevos actores”, resumió Carbajales en diálogo con surtidores.com.ar.
En otras palabras, más crudo no significará automáticamente más competencia ni un abanico más amplio de marcas en las bocas de expendio. Para el especialista, el efecto más visible en el mercado local ha sido un aumento de la disponibilidad, pero no un cambio en su estructura comercial.
Según explicó, las grandes obras aprobadas en los últimos meses —como el Vaca Muerta Oleoducto Sur (VMOS) y la ampliación del Gasoducto Perito Moreno, con inversiones millonarias— estuvieron “100 por ciento orientadas a exportación”. Sin embargo, reconoció que “al liberar capacidad en otros sistemas de transporte se facilitó el abastecimiento a refinerías locales”.
El fenómeno derivó en que “una mayor producción en Vaca Muerta generara líquidos que quedaron en el mercado interno, lo que indirectamente mejoró la disponibilidad”, sostiene el exfuncionario. Ese, según Carbajales, fue el principal “efecto derrame” para el abastecimiento local.
Aun así, insistió en que el marco del mercado actual es de “márgenes ajustados y volatilidad creciente”, por lo que instó a las estaciones a “afinar su estrategia comercial y operativa”.
Ya en mayo de 2025, durante una conferencia en la Feria del Libro, había anticipado que “lo que ocurrió con el precio de la nafta fue una muestra cabal de que estábamos entrando en una nueva etapa histórica”, en la que las estaciones “debieron adaptarse a este nuevo escenario competitivo”.
Explicó que este cambio reflejó un nuevo paradigma: “liberalización total, autorregulación del mercado y una tendencia creciente a acoplar los precios internos con los internacionales”.
También recordó que “las Estaciones de Servicio tuvieron que aggiornarse a esta nueva realidad sin red”, en un sector que ya no contaba con protección estatal.
En un informe previo elaborado por la consultora que lidera, Carbajales había advertido que la desaparición del llamado “barril criollo” y la “diferencia de precio de 8 a 10 dólares” entre crudo exportable y refinado local era “más una decisión política que económica”, con un impacto directo en el precio de la nafta y el gasoil.
Sumado a esto, señaló finalmente que la liberalización de la importación —alineada con la Ley de Bases— podría incentivar el ingreso de líquidos importados, alterando aún más el segmento de gasoil.
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