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El Director del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad (CEEPYS), Víctor Bronstein, analizó para surtidores.com.ar el desarrollo del mercado de los hidrocarburos en un contexto de fuertes subas de sus principales variables.
Hasta el 30 de junio próximo, el precio de los combustibles al público no sufrirá alteraciones, según establece un acuerdo suscripto entre el Ministerio de Energía y las principales petroleras del país, para no replicar en los surtidores el alza de las principales variables que conforman su costo.
El convenio establece la recomposición de los valores durante el semestre siguiente, previendo un escenario de mayor estabilidad interna y externa, aunque siguiendo los designios de la desregulación dispuesta por el Gobierno desde principios de año.
No obstante, no hay datos que alienten que desde el 1º de julio la calma ganará el ánimo de los mercados. El petróleo liviano tocó los US$80 tras 500 días debido a las sanciones de EE.UU. a Irán, junto a la caída involuntaria de la producción de grandes productores como Venezuela, México y Angola, razón por la cual los analistas prevén que alcanzará los u$s 100 en poco tiempo. Esta situación ya provocó el alza de los precios al público en la mayor parte del mundo.
Por su parte el peso se devaluó en las últimas semanas 25 por ciento respecto al dólar, agregando una fuerte presión al sostenimiento del valor de la nafta y el gasoil.
Al respecto, el Director del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad (CEEPYS), Víctor Bronstein, opinó que el ajuste de las variables provoca que los precios en la Argentina estén retrasados “mínimamente” entre un 15 y un 20 por ciento.
No obstante, descree que el Gobierno vuelva a regularlos. “Seguramente va negociar aprovechando el peso de YPF, que sigue siendo estatal aunque con managment empresarial”, pronosticó.
“Claro que no será tan sencillo ya que si mantiene sus precios más bajos que la competencia no podrá abastecer tanta demanda”, advirtió.
En este contexto, el especialista analiza que el consumo no decaerá a pesar de los aumentos. “Es inelástico, si bien un ajuste genera retracción, el transporte debe seguir circulando, lo mismo que el campo y la industria, por lo que imagino que se mantendrá en los mismos niveles”, concluyó Bronstein.
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