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Tal cual lo marca un informe sectorial, los aumentos que se aplicaron tanto a las naftas como al gasoil, si bien contribuyeron a una leve mejora en la convergencia de precios, aún mantienen rezagada la incidencia tributaria que debería ser corregida.
El exsecretario de Energía Daniel Montamat, envió a surtidores.com.ar su análisis mensual sobre los valores de la canasta energética en Argentina en la región y referencias internacionales relevantes.
En este sondeo, se refleja que durante el mes de julio, los precios en las Estaciones de Servicio registraron un incremento del 5.4 por ciento en la Ciudad de Buenos Aires y del 3 por ciento en promedio a nivel nacional, según el informe.

Estas alzas, se debieron principalmente a la necesidad de cubrir los aumentos de impuestos a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (CO2), los cuales impactaron un 1 por ciento en los surtidores, sumado a un 2 por ciento por la devaluación mensual.
Al respecto, Montamat afirmó que para el inicio de agosto, el gobierno mantuvo la misma estrategia de ajuste en el ICL que en julio. Sin embargo, admitió que el aumento aplicado para el ICL del gasoil fue del 9,4 por ciento, mientras que para las naftas fue del 7,5 por ciento.
“Estas cifras reflejan una postergación significativa en la aplicación de los incrementos correspondientes al tercer trimestre de 2023 y el primero de 2024”, expresa Montamat en el estudio.
Según el exfuncionario, en condiciones normales, estos incrementos deberían haber alcanzado el 132 por ciento, impactando un 13 por ciento en las naftas y un 10 por ciento en el gasoil. “La postergación de este incremento generará un efecto acumulativo que deberá aplicarse en septiembre, sumado al ajuste correspondiente al segundo trimestre de 2024, lo que implicará un aumento adicional del 18 por ciento”, calculó el analista.
En este contexto, detalló que el aumento minorista logró cubrir la actualización sobre el tipo de cambio y los impuestos a los combustibles, aunque dejan a los precios en los surtidores un 13 por ciento por debajo de la paridad de importación para la nafta súper y un 1 por ciento por debajo para el gasoil grado 2.
De acuerdo con el relevamiento, el precio de la nafta súper en los mercados internacionales se situó en 1.233,80 pesos por litro, frente a los 1.067 pesos por litro en los surtidores nacionales. En el caso del gasoil grado 2, el precio internacional alcanzó los 1.151 pesos por litro, mientras que en las Estaciones de Servicio argentinas se comercializó a 1.141,70 pesos por litro.

“La disparidad entre los precios internacionales y los nacionales refleja la complejidad de un mercado que sigue ajustándose a las variaciones en impuestos y devaluación, al tiempo que intenta mantener la competitividad y el acceso a los combustibles en un escenario económico desafiante”, consideró el ex funcionario.
Finalmente hizo foco en la necesidad de sincerar en los próximos meses el componente tributario de los hidrocarburos, a pesar de los interrogantes sobre el impacto que tendrán en la economía y el bolsillo de los consumidores.
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