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Distintas organizaciones empresarias advirtieron que el sistema de Sociedades de Garantía Recíproca, lejos de haber resuelto los problemas estructurales de acceso al crédito, funciona con criterios restrictivos y concentrados, dejando afuera a numerosas Estaciones de Servicio.
El debate se reavivó tras la reciente aprobación de una ley que eliminó exenciones impositivas a los aportantes de capital en las SGR. A raíz de esta medida, sectores financieros y cámaras empresarias salieron a denunciar un supuesto impacto negativo en el crédito PyME. Sin embargo, desde la Asociación de Empresarios Nacionales (ENAC), su presidente Leo Bilanski relativizó esos argumentos y consideró que “usar a las PyMES como excusa para defender beneficios fiscales es una maniobra poco seria”.
En diálogo con surtidores.com.ar, Bilanski explicó que lo que está en discusión no es la existencia de las SGR, sino los privilegios fiscales que benefician a un pequeño grupo de inversores, sin que eso se traduzca en una verdadera democratización del crédito. “Las PyMES no pueden seguir financiándose con tasas usurarias ni aceptando condiciones impuestas por bancos y SGR que usan plata del Estado para prestar con márgenes excesivos”, afirmó.

El sector de las Estaciones de Servicio, integrado mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas, conoce de cerca estas limitaciones. A pesar de ser uno de los eslabones estratégicos del circuito productivo nacional, muchas veces sus titulares se ven obligados a cubrir necesidades operativas o realizar inversiones mediante mecanismos informales o costosos, como tarjetas de crédito o cheques descontados.
Un informe del Instituto para la Economía PyME sostiene que el sistema financiero argentino solo canaliza el 11 por ciento del PBI al sector privado, en contraste con países como Chile, donde supera el 100 por ciento. “Tenemos un modelo obsoleto de financiamiento que termina incentivando la informalidad y dejando fuera a miles de empresas de cercanía, como las Estaciones de Servicio independientes”, alertó Bilanski.
Desde ENAC aseguraron que las SGR, en lugar de facilitar el acceso al crédito, endurecieron sus condiciones. “Hoy ser socio protector de una SGR exige aportes y requisitos cada vez más altos. Y aun con aval, muchas PyMES no logran acceder a montos significativos, o lo hacen con demoras y costos altos. No podemos seguir tolerando que se instalen como la única opción viable”, remarcaron.

El planteo es claro: se necesita avanzar hacia una transformación real del sistema de crédito productivo, que priorice el desarrollo y no la especulación. Para las Estaciones de Servicio, esto implica poder contar con financiamiento para mantenimiento, mejoras tecnológicas, cumplimiento de normas ambientales o compra de combustible sin quedar rehenes de tasas desmedidas o condiciones restrictivas.
“Lo que está en juego es la sustentabilidad de miles de PyMES en todo el país. Y no se resuelve sosteniendo exenciones a grandes inversores, sino creando nuevas herramientas financieras al servicio de la producción”, concluyó Bilanski.
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