Advierten que la falta de naftas sigue siendo un problema en las Estaciones de Servicio bonaerenses

La Federación de Entidades de Combustibles informó que sus asociados están reportando con mayor asiduidad que diciembre pasado, la restricción en las entregas de combustibles por parte de sus compañías proveedoras.

“No hay distinción de banderas, los cupos se imponen a todos por igual”, dijo a surtidores.com.ar el tesorero de FEC y Presidente de UENYA, Juan Carlos Basílico, alertado por los datos que recibieron en los últimos días en las oficinas de la institución.

Agregó que junto con sus asesores legales se comunicaron con las petroleras de todas las marcas solicitando la normalización urgente de los faltantes, porque los meses de este verano serán claves para recuperar capital y volumen perdido en las bocas de expendio del interior de la Provincia de Buenos Aires.

El dirigente dio por entendido que la única manera de solucionar los desfasajes entre oferta y demanda de hidrocarburos es a través de una reactualización de los precios a pico de surtidor, que se mantienen congelados desde mayo del año pasado.

Y de la misma manera, relacionó el problema de precios con el pago de salarios del personal de todas las Estaciones de Servicio que acordaron un aumento progresivo con el SOESGyPE.

“Asumimos la responsabilidad social que nos compete hacia nuestros trabajadores y, en ningún caso podemos considerar que la solución de los problemas de las empresas pase por permitir que la inflación licúe las remuneraciones”, justificó Basílico.

Pero aclaró que la decisión se tomó calculando que a partir del mes de enero, los precios iban a comenzar el camino de sinceramiento y se proyectaba un restablecimiento del mercado de una manera más transparente, dado que ya han pasado las elecciones y que la economía comenzó a reactivarse.

Señaló que el pensamiento de todos los integrantes de la entidad coincide en el hecho de que el comercio de combustibles, se enfrenta al absurdo que significa que un litro de nafta súper, cuyo precio incluye una fuerte carga tributaria, y cuya logística de transporte, acopio y expendio es la propia de un producto inflamable y contaminante, cueste lo mismo que un litro de agua mineral.

“El ejemplo expresa el grado de distorsión del mercado y atraso del precio del combustible y es esta la causa primaria de las dificultades que enfrenta nuestro sector, y no la negociación paritaria”, expresó.