Los aumentos de precio ensancharon la brecha entre las marcas

El año amaneció con aumentos de los combustibles líquidos entre el 6 y 7,5 por ciento en promedio. La suba fue iniciada por las empresas que se instalan en los extremos de la grilla de precios, YPF la más barata y Shell la más cara, medida que a las pocas horas fue imitada por el resto de las petroleras.

La escalada, que acumula más de 40 por ciento en un año, disparó la brecha existente entre las pizarras. Actualmente en el interior del país, las estaciones de ambas marcas comercializan sus productos a más de un peso de diferencia presionando las posibilidades de abastecimiento de las bocas pertenecientes a la compañía estatal.

La situación es fácilmente comprobable con sólo observar nuevamente las largas filas de automóviles frente a los surtidores de YPF. Es que la disparidad suma en los bolsillos: por llenar un tanque con la variedad Premium los consumidores se ahorran hasta 75 pesos por carga, una cifra que puede acumular hasta 3.600 pesos al año.

¿Qué sucede con el resto de las empresas? AXION energy y Petrobrás se ubican apenas por encima de YPF concentrando la demanda de aquellos que prefieren no esperar, mientras que Oil lo hace un poco más arriba pero aun lejos de la angloholandesa cuyos precios son equiparables al segmento que no ostenta banderas.

¿Podrá la petrolera que comanda Miguel Galuccio seguir atendiendo la evolución del consumo? Todo parece indicar que no solo lo hará sino que seguirá en este rumbo favorecido por el contexto de valores en alza. Los especialistas opinan que es indispensable mantener la buena rentabilidad lograda en su primer año de gestión al frente de la empresa para reinvertir las utilidades en la búsqueda del tan ansiado autoabastecimiento energético, y cuanto antes lo consiga, mejor.