La venta de lubricantes para autos es un nicho poco explotado por la mayoría de las estaciones de servicio pero no por eso deja de ser un recurso interesante. En la mayoría de los negocios su participación en el mix de productos no es significativa, sin embargo contribuye para que la rentabilidad sume algunos puntos.

El mercado de los aceites guarda varias similitudes con el de los combustibles, pero también algunas diferencias. En el primer caso se puede señalar que su consumo se expande a la par de las naftas y el gasoil, que no hay mucha competencia de marcas y que el liderazgo es propiedad de YPF, mientras que en el rubro de los contrastes vale remarcar que crece más que los líquidos, que el reparto entre las empresas es más equitativo y que el share de la petrolera estatal es menor.

Para graficar cada uno de los puntos en cuestión una buena práctica es recurrir a las estadísticas. Según la Secretaría de Energía de la Nación, en septiembre la demanda de lubricantes escaló a 16 millones de litros, cifra que representa un aumento del 10.1 por ciento respecto al mismo mes del año anterior.

De acuerdo a los datos del organismo, actualmente nueve petroleras intervienen en este mercado: YPF, con el 38.6 por ciento es el actor principal, la escolta Total especialidades con el 18, mientras que Esso y Shell compiten mano a mano por el tercer lugar del podio, ambas con el 13.6 por ciento del market share.

De las grandes compañías, además de las mencionadas, sólo resiste Petrobras, que se ubica en el cuarto puesto. El resto lo comparten Petronas, Dapsa, Fercol e Interlub.

Finalmente y al igual que lo que sucede con los combustibles líquidos, el rasgo que distingue a este segmento es el de la calidad. La mayoría cumple con los más altos estándares internacionales y presentan la particularidad de permitir su uso y compatibilidad con cualquier tipo de nafta, gasoil, GNC, e incluso aquellos denominados biocombustibles con distintas proporciones.