“Comprar nafta subsidiada en el exterior es un muy buen negocio con respecto a los actuales precios en el surtidor”, asegura el ex secretario de energía Daniel Montamat. El mercado doméstico vuelve a ser una opción para las empresas y las estaciones de servicio su mejor herramienta
Resolver el problema de la escasez de combustibles fue una de las premisas del Gobierno a partir de la nacionalización de YPF. Recomponer la industria demandaba un largo proceso y no había tiempo que perder, la solución a mano era importar a pesar del incremento del déficit energético que provocaba tal decisión.
En condiciones normales de mercado la operatoria no le era conveniente a ninguna empresa, por eso se dispuso subsidiar las compras desde el exterior. Ya no sólo de gasoil, también se incluyó a las naftas: este año hubo un cupo desgravado de 200.000 m3 y se prevé para el próximo 1.200.000 m3.
Según datos de la Secretaría de Energía, hasta el mes de septiembre se llevan importados 2007 millones de litros de ambos productos, un 35 por ciento más que hace cuatro años. La estatal es la mayor demandante (cuadriplica en volumen a su seguidora que es Shell) y el gasoil Premium el combustible más solicitado.
Para el ex secretario de energía de la Nación, Daniel Montamat, “es un muy buen negocio con respecto a los precios en el surtidor actuales”. Es que el reacomodamiento de las pizarras permitió a las petroleras recuperar buena parte de esa rentabilidad que perdían cuando importar no era negocio. “Hoy conviene vender en el mercado doméstico”, opina el especialista.
A contramano del deseo del Gobierno las empresas más beneficiadas son las que no producen. Shell, por caso, aumentó las compras del exterior 16 por ciento respecto al año anterior y PDVSUR todo el diesel que vendió en el mes. YPF por el contrario, redujo las suyas 38 por ciento en este período.
En este contexto, la producción para generar excedentes dejó de ser una alternativa para las petroleras. De acuerdo a la opinión de Montamat, la exportación de naftas, que está sujeta a retenciones, “no es una buena opción”; hoy la estrategia de las empresas está enfocada en el consumo interno y las estaciones de servicio son su mejor herramienta para llevarla a cabo.
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